La Matriz de Formación de Equipos de Alto Desempeño ROV, diseñada a partir de varios procesos de investigación y validada en la aplicación de varias empresas, divide a los equipos en tres grandes rasgos o dimensiones: Organización, Liderazgo y Trabajo en equipo. Cada una con una conceptualización específica y constituida por un conjunto de competencias más específicos aún. Otro de los aportes significativos que presenta este método es la determinación del contexto laboral compuesto por elementos filosóficos de fondo, ya que se les considera como la tierra fértil para el desarrollo positivo de las dimensiones, factores y aspectos, es decir el contexto laboral es fundamental para desplegarlas en forma adecuada.
Se debe entender que los equipos de trabajo se logran desarrollar a lo largo del tiempo ya que requieren desplegar distintos aspectos pero, por sobre todo, la confianza real y eso no es algo que se logra de la noche a la mañana, estos procesos se suman a la curva de aprendizaje corporativo que suele ser de 6 meses, pero ¿qué pasa si esa confianza y esas competencias no se logran desarrollar de manera plena? Simplemente se generan islas y diferencias marcadas por ende las personas no se identifiquen con su labor diaria y menos aún con la empresa para la cual trabajan, es decir el “neurotransmisor del estrés” el cortisol está en su máximo y los problemas suelen estar a la orden del día transformando a los gerentes en bomberos o gerentes apaga incendios.
Esta herramienta global le permite consolidar e integrar a sus equipos, determinando así las necesidades propias de los grupos y robusteciéndolos en poco tiempo, la consultoría no se demora más de 3 semanas y la aplicación de secuelas con correcciones organizacionales da resultados a corto, mediano y largo plazo.
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