Cuando pensamos en gente innovadora, tendemos a imaginar al estereotipo de ser iluminado con facultades sobre humanas. Por eso seguramente has escuchado a más de una persona decir: “yo no soy creativo, no soy tan inteligente.” Déjame decirte que eso es solo un paradigma, ya que no necesitas ser un genio para ser innovador.
A lo largo de la historia grandes inventores han sido nuestros referentes de personas idealistas. Pero basta con acercarnos un poco a sus historias de vida, para darnos cuenta que muchos de ellos no tenían un gran coeficiente intelectual, es más, tenían más limitantes de las tú o yo podamos tener.
Uno de los ejemplos más conocidos es el de Albert Einstein, quien tardó tanto en comenzar a hablar, que su familia llegó a pensar que era retrasado; y cuando por fin se graduó le llevó más de un año para conseguir su primer empleo. También otro ejemplo es Charles Schulz, el creador de Charlie Brown, quien reprobó casi todas las asignaturas de primaria y secundaria. No dejemos fuera al icono de la innovación, Steve Jobs, quien a duras penas logró terminar sólo un semestre de universidad.
¿Pero, qué convirtió a estos tres personajes en innovadores de éxito? No fue ni su IQ, ni sus grandes habilidades sociales. Estos grandes creativos tenían una cosa en común: Inteligencia contextual. Einstein, no necesitó conseguir un buen trabajo, sino entender el mundo y las leyes que lo rigen. Schulz no necesitó ser un niño brillante, sino comprender las emociones de las personas. Jobs tampoco necesitó un título universitario, sino interpretar las motivaciones de la nueva generación.
¿Entonces, qué necesitas para convertirte en el próximo Mark Zuckerberg? Tener inteligencia contextual: entender el pasado, controlar las variables del presente y aplicar la intuición para controlar eventos a futuro. Siempre proyectándote a mediano y largo plazo.
Recuerda que innovar es mejorar lo que ya existe.
Así que, si estás empezando en esto de la innovación, te voy a dar unos cuantos métodos, que yo he probado y estoy segura te ayudarán a entender la realidad, para crear soluciones de valor para las personas.
Design Sprint: Este método fue desarrollado por Google Ventures. Consta de cinco fases: Comprender, Bosquejar, Decidir, Prototipar y Validar. En cada etapa te responderás cuestiones críticas de tu idea a través del diseño, el prototipado y el testeo con los clientes. El método de Design Sprint te ayudará además a gestionar el calendario y la agenda de trabajo, si estás desarrollando tu idea con un equipo de personas.
https://designsprintkit.withgoogle.com/
Jobs to be Done: Término creado por Clayton M. Christensen, profesor en la universidad de Harvard, para definir el punto de partida de la innovación. Jobs-to-be-done significa: el trabajo o tarea que deben realizar las personas. Consta de 5 fases: 1) Identificar el trabajo que el consumidor debe realizar. 2) Resultado que quiere obtener. 3) Restricciones (lo que no le permite realizar su trabajo adecuadamente) 4) Testearlo 5) Construir una oferta.
Design Thinking: Utilizado por empresas como Apple o Zara, es un método para generar ideas innovadoras en equipo, en el que utilizarás mucha empatía y notas adhesivas. Su objetivo es entender y prototipar soluciones a las necesidades reales de los usuarios.
Lean Start Up: Este es un método que te prepara para el lanzamiento de tu idea de negocio (start up). Te ayudará a reducir el riesgo de fracaso, ya que tiene como objetivo crear compañías rentables y escalables. Este se apoya en 3 herramientas:
- Business Model Canvas: un sistema visual y práctico que te ayudará a definir el modelo de tu negocio y responderte a grandes rasgos cuestiones necesarias en todos los ámbitos de tu empresa.
- Customer Development: cuando tu idea de negocio esté en marcha, esta fórmula te permitirá obtener la información que necesitas del entorno y de tus posibles clientes. De esta forma vas a poder adaptar tu innovación a las necesidades de las personas y validar cada una de tus hipótesis.
- Agile Development: en esta etapa te centrarás en optimizar los recursos en cada uno de tus procesos. Esta fase te permitirá comprobar la validez y sostenibilidad de tu negocio.
Océano Azul: Esta estrategia te invita a olvidarte de la competencia (los océanos rojos) y explorar nuevas oportunidades de mercado. Con este método lograrás encontrar nichos de mercado insatisfechos o generar una nueva necesidad a partir de tu innovación. Sus cuatro principios básicos son: 1) Crear nuevos espacios para el consumo. 2) Centrarnos en la idea y no en las cifras. 3) Ir más allá de la demanda existente. 4) Asegurar la viabilidad de la propuesta y del modelo.
Para terminar esta guía, te daré un último consejo: Sé tu principal crítico, no te aferres a una idea o a un proyecto. La innovación parte de las personas, y si éstas no reconocen el valor de tu idea, debes replantearte las cosas. Recuerda que muchas veces, para alcanzar el éxito vas a tener que fracasar en varios proyectos, así que prepárate, no te desanimes que valdrá la pena si insistes.
AUTOR
Daniela Herrera
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