Las banderas, como todos sabemos, no solo constan de colores. En algunas los diseñadores han incorporado diversos elementos creativos, como dragones, águilas y hasta un machete. Pero es muy probable que te sea difícil (o directamente imposible) encontrar un elemento en cualquier bandera del mundo: el color violeta.
Y no es que este color se considere ofensivo o pasado de moda, sino que la razón es más práctica. Según After Skool, una página educativa en YouTube, las primeras tinturas de color violeta se sacaban exclusivamente de una especie de caracol marino que solo se encontraba en un pequeño sector del mar Mediterráneo. Atención: se necesitaban 10.000 de estos caracoles para producir UN GRAMO de tintura. Por esta razón, antes del siglo 19 el violeta costaba más que su peso en oro.
La indumentaria violeta existía pero solo era usada por miembros de las familias reales y personas extremadamente ricas. Incorporar el violeta a la bandera de un país, entonces, resultaba carísimo. La situación cambió cuando, en 1856, un estudiante británico llamado William Henry Perkin descubrió la manera de crear tintura violeta sintéticamente. Así, el color se hizo mucho más accesible en los años siguientes. Y por eso que las pocas banderas nacionales que usan el violeta lo hacen porque fueron diseñadas a partir del siglo 20.
(Fuente: After Skool)
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