En la era digital, el empaque desempeñará un papel importante en las experiencias de marcas y consumidores.
En una época de consumo masivo como la actual, es difícil sorprender al consumidor; aun más si cada día los consumidores adoptan las compras en línea. Con las ventas de comercio electrónico pronosticadas a 4 billones a nivel mundial en 2020, representando casi el 15% del total de las ventas minoristas mundiales, los empaques desempeñarán un papel fundamental en las experiencias de marcas y consumidores.
El packing siempre ha desempeñado un papel importante en las decisiones del consumidor, ha dejado de ser una industria productora de simples contenedores de productos para convertirse en una fábrica de elementos estratégicos, de comunicación, esenciales en la decisión de compra del usuario, pero también claves en los procesos de producción y en la innovación de las marcas.
Si un packing ha triunfado, no es sólo por ser el más bonito o por haber despertado un sentimiento en la sociedad, sino porque seguramente es el más cómodo, el más ecológico y el que mejor responde a las necesidades del usuario.
No solo se trata de adaptarse a las propiedades físicas y químicas del producto, sino también involucrar la tecnología que está disponible y al mercado que vamos dirigidos, las nuevas tecnologías deberán satisfacer las complejas exigencias y decisiones del consumidor.
Por ejemplo Sainsbury’s, un minorista del Reino Unido, quien ha adoptado una etiqueta inteligente para carne fresca que, a través de cambios de color, brinda al consumidor información clara y simple en tiempo real sobre la calidad del producto.
El empaque es ahora una cuestión multidisciplinar, donde entran en juego el diseño, el marketing, la comunicación, la sustentabilidad, la estrategia comercial y el marcador de tendencias: el consumidor.
Y no es un hecho que tengamos que corroborar, en la era digital, donde cada vez se afianza más la compra en línea, hacer que un envase se convierta en parte de la memoria colectiva es un bien preciado y un activo para la marca, prácticamente indispensable en un par de años.
Todos recordamos la lata icónica de Campbell inmortalizada por Andy Warhol, la botella de Coca-Cola, explotada por ellos mismo años atrás en su comunicación de marca, todos esos empaques que se han convertido en parte de la cultura pop, empaques fuertemente vinculadas a una parte emocional del consumidor…
Las marcas, al igual que el empaque nacieron para diferenciarse y tener en cuenta que, el consumidor, nuestro potencial cliente se enfoca en el packing, que bien es, la primera cara de nuestra empresa y el primer contacto con ella, debe ser indiscutiblemente opuesto a la de la competencia… Generando una experiencia de compra, satisfaciendo las exigencias de su estilo de vida y formando parte de un mundo que cada día se torna más digital.
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