Amigo lector: seguramente el título de esta nota pudo llamarte la atención por una de dos razones: estás involucrado en las actividades de marketing (como parte de un equipo, en una agencia o como freelancer) o bien, tienes un negocio y es momento de tomar decisiones financieras. Imaginemos este escenario: la empresa pasa por un momento de ventas bajas, no se están alcanzado los objetivos y tienen que tratar de hacer un colchón que les permita mantenerse estables. Revisan las cuentas, los movimientos y, en ese momento, se encuentran con gastos en publicidad, o servicio de una agencia externa. Convocan a una junta y surgen las siguientes frases que seguramente has escuchado (o dicho):
- “Vamos a reducir el presupuesto de marketing para poder invertirlo en otras áreas que lo pueden requerir”.
- “Si las ventas no suben, significa que las campañas y los esfuerzos son una pérdida de dinero”.
- “Vamos a esperar a que las cosas mejoren para retomar los esfuerzos de marketing”
¿Te suenan familiares?
Si bien el tomar esta decisión pudiera parecer atinada a manera de solución para “apagar un fuego”, es necesario tener en cuenta todas los efectos negativos que puede tener para tu marca, tus clientes y hasta tu inversión anterior. En esta ocasión, quiero compartirte 5 razones muy puntuales que deberías tomar en cuenta antes de decidir cortar tu presupuesto destinado a marketing (si eres dueño de un negocio) o que puedes utilizar a tu favor si te dedicas al marketing:
- Muy pocas marcas pueden darse el lujo de prescindir de una estrategia de publicidad, ya que entienden que siempre es necesario mantener una presencia con su audiencia. Sin importar si se promociona o no un producto o servicio, las empresas deben mantener una inversión continua que fomente el interés y/o reconocimiento de marca.
- Cuando una empresa viene de una inversión constante y, de pronto, corta de tajo, es muy complicado retomar y lograr los mismos resultados. La alta competencia que existe actualmente en medios publicitarios – online y offline – hacen que cada momento pueda significar ser la primera o la última opción en la toma de decisiones de los compradores.
- No todos los esfuerzos de marketing pueden representar directamente una venta. Es complicado verlo así, pero el marketing es (casi siempre) la mitad del camino que lleve a una venta. Tener en cuenta cómo funcionan los embudos de conversión permite entender cuáles son los objetivos específicos de una campaña (generar impactos, lograr una interacción, convertir a una acción previa a la compra) es vital para poder establecer un ROI.
- Si se busca prescindir de presupuesto para campañas pagadas, la generación de contenidos se debe incrementar a fin de que sea lo más atractiva posible para el mercado meta. Esto seguramente tomará su tiempo y los resultados pueden ser aún más tardados.
- Marketing puede llegar a ser uno de los departamentos que más consumen inversiones debido a que son también aquellas que tienen un impacto directo en los resultados. Invertir en otras áreas podrá ayudar a mejoras del producto o de algún proceso interno, pero si para el cliente ese cambio no es factor decisivo de compra, la inversión no representará ventas tampoco.
Al final, cada decisión que se tome debe estar lo mejor fundamentada posible, ya que un paso en falso puede tirar abajo todos los logros que se hayan podido obtener. Si tu equipo de marketing no te brinda suficientes razones que justifiquen la inversión, es recomendable también analizar si la inversión es correcta pero la estrategia no lo es tanto.
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