A lo largo de mi corta carrera he tenido la oportunidad de trabajar para todo tipo de empresas, pero la experiencia que he tenido laborando para agencias de publicidad ha sido incomparable. Por lo regular, estos lugares se caracterizan por poner especial atención en el entorno y en el ambiente que rodea a sus colaboradores, haciendo que incluso las largas noches de ‘bomberazos’ y peloteos sean momentos amenos y memorables. Sin embargo, también hay agencias que siguen otro tipo de prácticas e ideologías, donde pareciera ser que lo último que importa es hacer sentir bien a las personas. Por este motivo decidí contarles sobre las 3 peores cosas que he vivido en estos lugares, para ayudarlos a evitar que vivan una mala experiencia en una ‘empresa godín’, disfrazada de agencia de publicidad.
“Shhh, no canten las mañanitas, ahí viene el jefe”
No hay nada peor en la vida que vivir, o trabajar, en un lugar donde reina el miedo, pero tristemente hay sitios donde esto es el pan de cada día. En mi caso, viví personalmente esta situación cuando trabajé en una agencia donde el director general era más temido que una madre enojada con chancla en mano. De hecho, mi foco rojo fue cuando me tocó “celebrar” el primer cumpleaños de un compañero, susurrándole las mañanitas, porque “el jefe odiaba las celebraciones”. En un principio parecían simples anécdotas de un lugar más de trabajo, pero con el paso del tiempo se convirtió en una experiencia frustrante, la cual no le deseo ni a mi peor enemigo.
“Sólo para informarles que este mes no recibirán su pago completo”
Ocurrió un mes de febrero cuando leí este mensaje en el grupo de WhatsApp de la agencia para la que trabajaba. En un inicio, pensé que era algo que “podría pasarle a cualquiera”, pero cambié de opinión cuando el mismo mensaje se replicó durante los tres meses siguientes, durante los cuales laboré bajo una modalidad de pagos pequeños al más puro estilo de Elektra. Evidentemente huí del lugar en cuanto pude cobrar mis sueldos atrasados, pero lo más curioso de la situación fue que la CEO afirmaba que la agencia no estaba teniendo problemas, sólo eran “ligeros retrasos” que no debían afectarnos si fuéramos más “organizados” con nuestro dinero… Sí, hay personas que hacen del cinismo su estilo de vida.
“Bienvenido a la agencia. ¿Ya te dijimos que tú debes traer tu lap y que no tienes prestaciones?”
Sé que muchos estarán pensando que esta situación fue un error de principiante, y quizá tengan razón, sin embargo, el momento en el que llegué a este empleo no fue el mejor, de hecho se dio en un contexto de “desesperación”, y por algún extraño motivo pareciera ser que hay agencias que “huelen” tus miedos, por lo que suelen “dormirte” con técnicas dignas de vendedor de empresa multinivel, haciendo que confíes en ellos al 100% y dejándote saber las “malas noticias” cuando ya renunciaste a tu anterior empleo y no tienes más opciones a tu disposición. Insisto, en este caso fue totalmente mi error, por eso te pido que cuando vayas a una entrevista de trabajo, ¡siempre preguntes todo lo que debes saber! Porque como dice aquel dicho popular, “te puede salir más caro el caldo que las albóndigas”.
Éstas han sido mis peores experiencias en una agencia de publicidad, pero si tú tienes una igual, o peor, no dudes en compartirla en los comentarios, ya que de esta manera nos ayudaremos entre colegas y eliminaremos este tipo de prácticas de nuestra aún bella industria.
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