Un 11 de mayo del año 1904 nacía, en Figueras, España, Salvador Dalí. Con él también nacía un amigo para García Lorca, un colega para Buñuel y uno de los mayores referentes del surrealismo en el imaginario colectivo, aún cuando fue expulsado por el mismo Bretón de este movimiento.
Esta fecha además de recordarnos un natalicio sirve de pretexto para no perder de vista que en un mismo personaje caben muchos, que en algunas personas ocurre un fenómeno interior que los hace capaces de encajar en múltiples disciplinas. Una peculiaridad que hemos encontrado en alguien como el pintor que hoy recordamos, en David Bowie y hasta, quizá, en la persona que se sienta diariamente al lado de nosotros en la oficina.
Su personalidad estrafalaria y multifacética lo llevo a entablar todo tipo de relaciones con otros personajes destacados, tales como Federico García Lorca, con quien tuvo algunas colaboraciones artísticas y retroalimentación constante sobre cualquier cosa que estuvieran haciendo. Con Buñuel abrió una puerta a la experimentación en el cine con películas como un Perro andaluz y La edad de oro y también nos mostró otro lado de Walt Disney con el cortometraje Destino.
Entonces ¿Qué es lo que personajes como Dalí aportan en una era como la nuestra? La certeza de que se puede vender el ingenio sin dejar de ser creativo, y cuando decimos vender lo decimos abiertamente en el aspecto positivo de la palabra. Desencajar, ver el lado b del mundo y tener otros ojos para percibir el mundo, no está nada peleado con el trabajo en equipo, al contrario, a veces las perspectivas discordantes aportan más de lo que podríamos esperar.
Y exactamente eso es lo que pasaba con Dalí, quienes se acercaban encontraban en él alguna propuesta para sus proyectos. El mismo hombre que pintó «La persistencia de la memoria» desde el inconsciente y lo irreal, fue el mismo que creó el logo de la paleta Chupa Chups, una imagen que aún permanece vigente en nuestra década y que fue creada para un público global. Era capaz de mutar su creatividad y hacerla funcional para más de un objetivo.
Recordar hoy a Dalí es repensarnos a partir de su figura, tomando lo mejor de sus ejemplos en cuanto a legado artístico, proponernos alianzas creativas y eliminar los límites que a veces nosotros mismos nos imponemos, ya que, como él decía:
“el que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos.”
AUTOR Lidia Mariel Flores Hernández
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