“Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás” (Michel de Montaigne)
Los verbos conocer y saber, son dos palabras utilizadas en muchas ocasiones incluso como sinónimos, la relación entre ambos consiste en sí, en ciertas similitudes, pero también muchas diferencias que resultan precisas conocer para identificar aquellos que son aficionados o profesionales de las industrias creativas. Por un lado, conocer requiere precisamente saber acerca de un objeto. Para conocer es necesario tener o haber tenido experiencias personales y directas, pero no se da en una sola ocasión, resulta de diferentes experiencias, las cuales se integran, como lo expone el filósofo Luis Villoro en su texto Conocer y saber, dice que: “conocer en su sentido más rico es poder integrar en una unidad cualquier experiencia y cualquier saber parcial de un objeto, por variados que estos sean” (pág.204). Final del formulario Quien afirma que conoce, asevera también que algo existe, por lo tanto, se requiere de ciertas creencias básicas adquiridas en experiencias anteriores acerca de eso que existe. Entonces, un creativo que conoce será coherente en sus acciones según las experiencias vividas que involucra no solo campo laboral, sino hasta vida personal. Cuando se dice que alguien “conoce”, justificarlo ante otros resulta complicado, sin embargo, hay ciertos puntos que servirán para exponer ante otro, dicho conocimiento o para que otros evalúen realmente qué tanto conocimiento tenemos: 1) Mostrar circunstancias, ocasiones y procedimientos para obtener el conocimiento. 2) Demostrar que sabemos cuáles propiedades tiene el objeto o situación. 3) Llevar un comportamiento adecuado a lo que conocemos, probando que sí se sabe hacer cosas. En general, un creativo puede demostrar que conoce indicando y demostrando antecedentes o consecuencias del conocer. Por otro lado, está el concepto saber; el saber acerca de algo no es seguridad de que se hayan experimentado sus propiedades, no necesariamente implica una experiencia directa, se puede saber mucho acerca de algo y aun así no conocerlo. Por ejemplo, un creativo de una empresa puede saber hacer diseños muy buenos tal vez porque tiene talento para ello, pero no necesariamente ha estudiado teoría donde se enseñan reglas y usos básicos de esta profesión que sirven como pilares para el desarrollo responsable de la profesión. El saber está justificado en razones más objetivas. Los saberes se sustentan en general a partir de su base que es el testimonio de la experiencia ajena, lo que quiere decir que depende de un testigo, por lo tanto, se vuelve un saber testimonial, por ello no se llega a una comprensión y a interiorizar, porque no es ajena la situación. Existe, sin embargo, relación estrecha entre ambos conceptos (saber y conocer), por ejemplo, Villoro explica que conocer algo implica saber cómo es, así mismo no conocer algo es no saber qué es y por lo tanto no haber tenido experiencias previas. Entonces, saber es parcial, conocer pretende abarcar una totalidad. El saber es transmisible porque su fundamento está en razones que se pueden compartir ya que vienen de testimonios, el conocimiento es intransferible. Saber requiere garantía objetiva, conocer necesita de garantía personal, una garantía de acierto. Por último, para confirmar que sabemos hay que comprobar las razones y considerar que hay alternativas. Conocer requerirá de confirmar una experiencia con otras experiencias sucesivas y será un proceso continuo. Así pues, la próxima vez que se quiera evaluar un equipo de trabajo, una entrevista de empleo o avances personales, hay que identificar quién está brindando parcialidades y quién está dando totalidades, o en resumen quién sabe, quién conoce y quién dice conocer. Bibliografía: Villoro, L. (1996). Conocer y saber. En Creer, saber, conocer. (Pp.197-221). México: Siglo XXI Editores.
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