A mis 15 años cuando iniciaba mis primeras composiciones, lo hacía imitando a mis bandas favoritas. Robaba unas líneas por aquí, reinterpretaba otras melodías por allá y lo empaquetaba en una mezcla llamada canción. Debido a que mi campo de acción era el punk rock, mis rolas eran simples y cortas, de esa manera podía ir directo al núcleo: contar historias con un ritmo acelerado. Tiempo después supe que eso provenía de la inspiración. Se dice que la inspiración es un estímulo que llega de repente a tu pensamiento y aunque existen diferentes tipos, usualmente es asociado a la creación artística; pero el concepto es el mismo, el origen de ideas nuevas. ¿Y de dónde viene la inspiración? Erróneamente, todos pensamos que es algo (o alguien) que baja del cielo y nos alienta a iniciar nuestro trabajo, pero como Picasso dijo alguna vez: “la inspiración me encontrará trabajando”. La verdad es que para encontrar a la musa hay que pensar mucho, yo lo veo más bien como el resultado de un proceso activo y no el viejo precepto romántico de echarse a dormir esperando un ¡eureka! Con el paso del tiempo y la repetición de ciertos ejercicios, aprendí cómo aumentar mis recursos inventivos, no sólo en lo musical sino en lo creativo en general. Alimentando la imaginación se acelera el proceso de creación, desde la composición de canciones a la solución de problemas comerciales y de negocio: un mismo proceso con resultados distintos. A continuación, les comparto los 3 pasos básicos para encontrar iluminación: 1 Respira Si oxigenas tu cerebro lo pones en el estado ideal para mejores conexiones neuronales. Escapa un poco de lo que estás haciendo y respira. Si puedes toma una siesta o sal a caminar, escucha música, lee o haz ejercicio. Platicar con alguien ayuda mucho, el simple hecho de comentar o escuchar a otros, despeja mi mente y me distrae. En lo personal si no puedo platicar frente a frente con alguna persona, siempre entro a Twitter o Facebook y obtengo algunas primeras ideas; de esta manera le inyecto aire a la materia gris y la estimulo. Soñar, literalmente genera mucho material inspirador. Al ser libres de inhibiciones, los sueños representan nuestro deseo inconsciente sin restricción. 2 Aspira Si visualizas tu objetivo o piensas en tus ídolos, será más fácil posicionarte ahí. Aspira a llegar a un nivel elevado haciendo ejercicios proyectivos, imagínate en la presentación final del proyecto, las felicitaciones del cliente o colegas, entre otras. Hazte la pregunta, ¿qué haría tu “ídolo” si estuviera frente a este problema? Piensa como los grandes para aspirar a la grandeza. 3 Inspira Confía en el proceso, perfecciónalo y compártelo. En la filosofía del yoga se dice que todo alumno tiene la responsabilidad de convertirse en gurú y enseñar lo aprendido. Ya sean tus hijos o compañeros de la chamba, fomentar la tutoría y transmitir el conocimiento, es parte de un círculo virtuoso que hace inspirador mi trabajo. Recuerda, tu inspiración puede llegar de cualquier lugar y en el momento menos esperado; el trabajo mismo es una fuente incesante de iluminación. Llena tu mente de buen material inspirador y busca donde no creas encontrar nada, te sorprenderás de lo que puedes descubrir. Estos son algunos de los recursos que utilizo para inspirarme, ¿cuáles utilizas tú? Comencemos la conversación.
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