En la actualidad, más de 1.300 millones de personas usan WhatsApp en todo el mundo. Tremendo número para la aplicación creada por Brian Acton y Jan Koum, dos tipos que trabajaban en Yahoo!, y renunciaron para postularse en Facebook, de donde fueron rechazados. En 2009, Koum se compró un iPhone y se dio cuenta de que estaba naciendo toda una industria alrededor de las aplicaciones móviles. Se le ocurrió una app que permitiera al usuario conectarse e interactuar fácilmente con sus amigos, familia, compañeros de trabajo, clientes, etc. Se unió con Acton y juntos lanzaron la aplicación. Luego de un comienzo difícil (frustrado por el lento desarrollo de la app, Koum estuvo varias veces a punto de mandar todo a la mierda) en 2013 WhatsApp ya tenía 50 empleados y 200 millones de usuarios; en ese momento, y en un curioso giro del destino, la compañía fue adquirida por Facebook en 19.000 millones de dólares; cuatro años después, sigue siendo la adquisición corporativa más grande de la historia. El origen del logo de la aplicación, en cambio, no está tan claro. El diseño apareció ya desde el lanzamiento, lo que parece sugerir que lo crearon Koum y Acton o, al menos, un diseñador contratado por ellos. Lo cierto es que la imagen básica no ha cambiado con los años, ni siquiera cuando vendieron la empresa. Esa imagen incluye elementos de diseño que comunican simple y claramente la función de la aplicación: mensajes instantáneos y llamadas de audio y video. Esto se transmite mediante dos elementos. El primero es una burbuja de texto, un ícono utilizado desde los primeros tiempos del mensaje instantáneo. Las burbujas que enmarcan los mensajes recibidos tienen una “cola” que apunta a la izquierda, mientras que las burbujas que enmarcan textos enviados tienen una cola que apunta a la derecha. El logo de WhatsApp incluye una burbuja de texto con una cola que apunta a la izquierda; no solo deja en claro que es una aplicación de mensajes, sino que aprovecha ese entusiasmo que sentimos todos cuando recibimos uno (bueno, en general). Para comunicar la segunda función de la aplicación, las llamadas de audio y video, el logo cuenta con un teléfono dentro de la burbuja. Lo interesante es que aunque WhatsApp fue obviamente creada para celulares modernos, la imagen es la de un antiguo teléfono de línea fija. ¿Por qué? Porque la única función de ese teléfono es hacer o recibir llamadas, y esa es la función que quisieron comunicar con la imagen. Según los expertos, una de las principales cualidades del logo de una aplicación móvil es no causar ningún daño. Es decir, aunque ese logo debe ser único y reconocible, es muy importante que no le dé al usuario una razón para que lo oculte o, peor, que lo tire. En este sentido, el logo de WhatsApp es perfecto. No sabemos exactamente cuánto ha influido en el éxito de la aplicación, pero el hecho de que siga ahí, sin alteraciones, ya nos da un buen indicio. (Fuente: blog.logomyway.com)
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