Querido creativo, Esta no es una carta de consejos. Tampoco de regaños ni de buenas prácticas. Es simplemente un pensamiento abierto. El fin es simplemente compartir. Toma lo que te sirva y comparte lo que le sirva a alguien más. Nada más. Ser catalogado como un creativo quizás no fue idea tuya. Tal vez nació a partir de un puesto que alcanzaste en tu trabajo o tal vez fue algo que alguien en algún punto del camino te dijo. Escuchar un “eres súper creativo” pudo haber sido el detonante que te hizo afinar un camino hacia esto de la creatividad. Hizo que te la creyeras. Creo que darle una escala medible a tu creatividad va a ser prácticamente imposible, es más, ni lo intentes. ¿Cómo mides el nivel de creatividad entre dos personas? ¿Con premios? ¿Con resultados económicos que ese trabajo creativo consiguió? No. Tal vez de aquí nacen muchos de los pensamientos erróneos sobre los creativos. “Los creativos”… ¿será que somos como una nueva raza? ¿O más bien una raza milenaria que sigue vigente? Sea como sea, ser creativo te identifica, te da ciertos rasgos de pertenencia a un grupo, ya sea que vayas por la vida siendo creativo publicitario, artista plástico, músico, bailarina… no hay texto que alcance para describir todas las facetas que un creativo puede tener, pero cualquier que sea la tuya, creo que es importante saber que no debemos medir nuestra creatividad. No te pongas metas vagas como decir “este año que viene quiero ser más creativo”. No puedes. No existe eso de ser “más” creativo. Eres creativo o no. Sabes explotar tu creatividad o no. Puedes educar tu creatividad, puedes nutrirla, pero no aumentarla. Al menos eso creo yo. Creo que hay cierto sentido de captación de contenido valioso que tenemos los que somos considerados “creativos”. Desarrollas esa sensibilidad para percibir colores, formas, mensajes, de una forma diferente a los demás. Eso es lo que no debes perder, esa sensibilidad de ver el mundo de otra forma. De encontrar color donde otros ven blanco y negro. De encontrar blanco y negro donde otros ven color. Esto es lo que debes dedicarte a conservar y a mantener en forma. Es como un músculo. Trabájalo leyendo, escribiendo, escuchando música, haciendo música, cocinando, viajando. Como sea que definas tu rutina de fitness creativo. Pero hazlo siempre. Ser creativo es más que tener ideas cool. Es más que tener ese don de crear cosas que antes no existían. Ser creativo es ir por la vida disfrutando del camino a tu manera y compartiéndolo a tu manera. A tu modo, con tu tono, con tu propia voz. Una última vez, no te preocupes por querer aumentar tu creatividad, preocúpate por mantenerla viva y compartirla, y si puedes, ayúdale a otros a identificar y explotar ese potencial creativo que tienen. Ayuda a otros a entrenar ese músculo creativo, a aterrizar sus ideas y darles forma, a identificarse como creativos. No habrá premio alguno que supere la satisfacción de ayudar a alguien a encontrar su lado creativo. Así que dale, sigue nutriendo tu creatividad, sigue encontrando nuevas y mejores formas de hacer lo que más te gusta y de transmitirle al mundo tu mensaje a través de lo que sea que hagas. Sigue compartiendo. Sigue creando. Sigue siendo creativo, pero lo más importante, nunca dejes de disfrutarlo. “Creativity is the way i share my soul with the world” –Bene Brown
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