Todos nos hemos hecho esta pregunta en algún momento de nuestra carrera publicitaria, y muchas veces, compartirla con nuestros compañeros o incluso con familiares o amigos, es tan complicado que decidimos ahogarnos en la duda, debatiendo en nuestra mente sobre si el hacerlo es una buena idea, o sólo estamos pensando en buscar una salida “cobarde” a nuestros problemas. Por ese motivo decidí compartirte mi experiencia al respecto, porque sé que a veces la opinión de un desconocido es la más neutral que puedes tener en este tipo de situaciones. Para comenzar, permíteme decirte que si te has planteado esta pregunta en repetidas ocasiones es porque muy probablemente sí debes dejar tu agencia, ¿por qué lo digo? Porque como seres humanos tenemos una reacción sensorial casi instintiva que nos indica, a través de una serie de reacciones, que no nos sentimos a gusto en el lugar o situación en la que estamos. Esto puede darse a través de cosas tan simples como una idea que no deja de dar vueltas en nuestra cabeza, hasta dolencias físicas que son el resultado de un estrés incontrolado. Personalmente viví esta situación en un empleo anterior, cuando me percaté que las políticas, ideologías y sentido humano de mi jefe eran totalmente contrarias a las mías, así como mi situación en la empresa, donde difícilmente crecería profesionalmente de la forma en la que lo deseaba, sin embargo, las condiciones económicas eran las mejores que había tenido hasta entonces. Esto me llevó al límite, pues el título de este artículo era una pregunta que no dejaba de atormentarme por las noches, con ello vinieron una serie de enfermedades, ninguna grave, pero todas relacionadas a un alto nivel de estrés, según los médicos, quienes recibían una rotundo “no sé” al preguntar de dónde podía provenir, porque aceptar la situación me haría ver como un “cobarde”, ¿cierto? Así pasaron los meses, y los problemas acrecentaron en mi salud mental y física, así como en mi relación con mis semejantes, pues me había convertido en una persona sumamente intolerable y malhumorada, pese a que estaba en mi “mejor momento” profesional, económicamente hablando. Con el paso del tiempo decidí comenzar a buscar trabajo, aunque en realidad no sabía lo que buscaba, pues esa fuerza asfixiante que había dejado crecer mientras seguía sin poder darle respuesta a esa tormentosa pregunta, ya había nublado mi juicio, haciendo que solo buscara algo que me permitiera escapar de aquello. Lo que sucedió después lo contaré en otro escrito que publicaré en las siguientes semanas, pues el objetivo de este artículo es ayudarte a saber si estás en una situación en la que debes considerar un cambio de empleo. Por ello, a manera de resumen y con base en mi propia experiencia, te puedo afirmar que, para comenzar, pensar en renunciar nunca es un sinónimo de cobardía, al contrario, significa que estás en un momento lúcido donde tu mente y emociones trabajan en sincronía para dar una respuesta clara a una situación específica. Por ello, lo primero que te aconsejo es aceptar; aceptar que estás en un lugar donde no quieres permanecer. Después, haz un plan de acción donde dejes en claro los pasos a seguir, como comenzar con una nueva búsqueda de empleo, dejando en claro las condiciones que buscas para crecer profesionalmente, además de hacer un pequeño fondo de ahorro para cualquier circunstancia que pueda ocurrir durante tu búsqueda. Por último, lo más importante es que “dejes fluir”, no te obsesiones con tu búsqueda de trabajo, ni con la situación en tu empleo, sólo da lo mejor de ti y deja fluir, pues al aceptar que no estás en un lugar adecuado y tomar acción al respecto, tu cuerpo liberará una gran cantidad de estrés, y por consecuencia, podrás tener la mente clara en las oportunidades laborales que seguramente estarán por venir. Cabe mencionar que esto es algo muy personal que he compartido con pocas personas, sin embargo, decidí escribirlo para que mi experiencia pudiera ayudarte en algo si es que te encuentras en esta situación, sino, compártelo con alguien que sepas que lo está, o guárdalo por si lo llegas a ocupar cuando esta pregunta aparezca en tu cabeza.
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