El día de ayer salieron a la luz 2 nuevos modelos de iPhone, el iPhone 8, que ha sido opacado por la sombra del iPhone X: el nuevo objeto de deseo de la marca Apple. El nuevo iPhone tiene un diseño totalmente nuevo, pantalla completa Super Retina de 5,8 pulgadas, el vidrio más resistente jamás usado en un Smartphone, resistencia al agua y al polvo, 25% más poder en las bocinas, cámara dual de 12 Mpx con detección de profundidad y efectos de luz con calidad de estudio, un chip A11 Bionic, capaz de realizar 600.000 millones de operaciones por segundo, carga inalámbrica… en fin, este celular es la novena maravilla y podrá ser tuyo por tan solo 1,159 euros algo así como 24,628 pesos mexicanos.
Sin embargo de todas estas mágicas funciones la que más me llama la atención es el Face ID, un sistema de reconocimiento facial que te permitirá desbloquear tu celular con una mirada, así como realizar pagos y por supuesto crear “animojis”.
Es este nuevo sensor de reconocimiento lo que hace de este producto un parte-aguas en los teléfonos inteligentes. Si ya te sentías paranoico con el hecho de que tu teléfono supiera dónde estás, imagina ahora que podrá detectar tu cara entre un millón. Sí, suena asombroso pero también escalofriante. Este nuevo sistema de reconocimiento facial puede tener usos no gratos dependiendo de cómo se establezcan las políticas de privacidad, esta tecnología puede rastrear tu atención, identificar tus emociones y reacciones a ciertos estímulos (comerciales).
Supongamos que Facebook podría saber con certeza a qué post te le quedas mirando más tiempo, YouTube podrá conocer tus reacciones a los videos, Netflix lo usaría para saber si estás aún prestando atención a la película o si solo fue un pretexto para invitar a tu ligue a pasar el rato, Spotify crearía una playlist dependiendo del estado de ánimo que detecte, en fin podríamos ser un libro abierto y este iPhone nos estaría leyendo.
Sí, es un gran avance, pero con cada gran poder viene una gran responsabilidad y no estoy seguro si estamos listos para esto.
Dejando de lado la paranoia y teorías conspirativas, esto podría ser también una excelente oportunidad para adoptarlo como una nueva herramienta publicitaria, la realidad aumentada se está abriendo camino y las marcas que sepan tomar ventaja de esta nueva herramienta seguramente encontrarán muchas funciones interesantes para crear engagement con su comunidad, nuevas maneras de visualizar el contenido y personalizar las experiencias en dispositivos móviles. De acuerdo a un estudio realizado por The International Data Corporation, prevé una inversión de 14 billones de dólares al final del 2017 en el mercado de la realidad aumentada y realidad virtual. Fuente: ADWEEK y Advertising Age AUTOR Arturo Bueno Millennial por (de) generación. Redactor publicitario, especialista en mercadotecnia digital y redes sociales. Escribo lo que pienso para no olvidarlo. Twitter: @arturo_bueno Capturando recuerdos en pixeles. Instagram: @arturobuenophoto
Comentarios