«Compañerismo no siempre es amistad, pero amistad siempre es compañerismo” José Narosky
La universidad se vuelve un espacio social por excelencia que define muchos ejes de nuestra vida futura: carrera, trabajo, contactos, amigos. Actualmente, la competencia en el mundo laboral, nos vuelve en el aula de clase, no sólo compañeros, sino competidores y lo más relevante es que, a veces, terminamos siendo la competencia directa de nuestro mejor amigo.
En la actual sociedad, contemplando el contexto cambiante, la cultura digital y la vida rápida que acostumbramos llevar, asegura el sociólogo Zygmunt Bauman, que “en la modernidad líquida todo es inestable: el amor, el trabajo, la política y la amistad”.
Así, la comunicación cara a cara pierde preferencia y las relaciones digitales se fortalecen like tras like. Las razones de establecer lazos de compañerismo o amistad reales en un salón de clases de la universidad, podrían ser transcendentales para un futuro laboral: Elimina prejuicios. Aunque no queramos, en algún punto de nuestra carrera o vida terminaremos trabajando con alguien que tal vez no es de nuestro total agrado. Se debe entonces, aprovechar esas vivencias en el aula de clase, verlo como experiencia, eliminar prejuicios y siempre tratar de aprender algo de las personas:
“a veces aprendes lo mejor al ver a gente exhibiendo lo peor” (Aliza Licht).
Dale una oportunidad. Para llevar a cabo cualquier trabajo en binas o equipo, siempre es bueno buscar a tu mejor amigo para trabajar, por la confianza y el conocimiento mutuo, pero tal vez, también sea buena idea darle la confianza al compañero que es bueno para redactar, para editar, para la fotografía o para las relaciones públicas, eso depende de la tarea a realizar. Las cosas salen mejor cuando las personas hacen lo que les apasiona:
“La habilidad es de poca importancia sin oportunidad” (Napoleón).
Mi amigo, mi jefe. En general, en los salones de clase, se tiene categorizado a cada estudiante por sus habilidades, forma de trabajar, carácter. Por ello, es importante llevarse medianamente bien con todos, nunca sabes quién de ellos puede terminar siendo tu compañero de trabajo, o mejor que eso, tu jefe; pueden dar buenas o malas recomendaciones de ti según su relación de compañeros durante el tiempo que compartieron aula; o pueden pensar en ti para un trabajo prometedor según tus habilidades y comportamiento con ellos:
“Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre, ya sea para bien o para mal” (Brown, J.).
La vida profesional parece una competencia de egos, los compañeros se ven como competidores, y amigos, la verdad muy pocos. En particular, en el mundo creativo es de relevancia encontrar personas que te complementen, que sean hábiles en áreas que son débiles para ti y formar un equipo que se integre a partir de las aptitudes de las personas, y no un equipo lleno de “por hacerle el favor” o “es que él me cae mal”. Al final de cuentas tenemos que echar mano de otros profesionales en algún momento de nuestra vida laboral y personal, qué mejor que llevársela bien desde el inicio.
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