Aseveramos que los diseñadores somos una especie distinta a las demás (profesiones), pero quizá en el fondo todas las especies somos “tan raras” y “tan iguales”, que eso es lo que nos hace ser distintos… además de nuestras ramas o especialidades por supuesto. Veamos una pequeña “apología” sobre el diseñador para poder entender mejor a nuestra especie y desmitificarla.
- El diseñador es una especie que debe cultivarse constantemente.
Veamos esto en dos sentidos: Primero. La preparación no termina cuando se gradúa el diseñador, apenas inicia en realidad. Como el mundo y sus problemas avanzan de forma acelerada… el diseño, la tecnología e innovación también avanzan a esa velocidad para poder resolver los problemas, para nosotros es como si se generara una forma de caos que debemos mitigar. La única manera que podemos moderar o resistir ese caos, es evolucionar al mismo paso que nuestro campo lo hace, es decir, debemos reformular nuestro campo constantemente para que éste también se pueda desarrollar y podamos ser proactivos (fértiles/productivos/cultivables). Y segundo: Aunado a la preparación profesional constante, personalmente, debemos absorber experiencias, conocimientos, y debemos nutrir nuestro intelecto de manera responsable. Es necesario filtrar la información que consumimos. Nuestro sistema cultural es un “ente” vivo.. es una estructura que también evoluciona, se transforma así que también habrá que asimilarlo y abstraerlo para crecer a su paso. En ambos sentidos, personal y profesionalmente, el diseñador debe “cultivarse” constantemente. Todo de forma natural tiende a evolucionar, solo si resiste o disipa el caos, y a eso se dedica nuestra especie, a ordenar el caos.
- Domina sus habilidades.
De inicio hay que reconocer cuáles son nuestras habilidades, para poder pulirlas y madurarlas. Todos tenemos diferentes habilidades que nos permiten desarrollar nuestra creatividad. Por lo tanto, la creatividad es una energía innata que tenemos los seres humanos. Ahora bien, pulir nuestra creatividad significa tener control de nuestras habilidades y solamente la podemos controlar practicando. El diseñador domina su técnica, crea su propio estilo porque es el sello que lo identifica, pero también experimenta. Siempre he afirmado que la creatividad no se debe estandarizar, las escuelas sistematizan conceptos, pero ni la creatividad ni el diseño son “conceptos” (que sí lo son, pero..) más bien son procesos, son energía personal y oficio.. son activos, no pasivos. Y lo vuelvo a mencionar, para dominar y resistir el oficio junto a su energía creativa.. solamente se necesita fluir tal como si estuviéramos en nuestro elemento. Y esto último es lo que nos hace distintos, al estar en nuestro elemento, nos apasionamos por lo que hacemos.. y de verdad eso se proyecta. Somos una especie muy entregada (casi como una obsesión) a este oficio de crear.
- Y debe ser adaptable.
Los diseñadores somos una especie que se adapta a su medio (camaleonicos). Nos adaptamos a nuestro entorno para poderlo vivir, entender… sobre todo para asimilar sus problemáticas. Pero no solo nos adaptamos al contexto, nos adaptamos también a nuestros propios procesos creativos, a nuestros métodos, a nuestros clientes, a nuestro equipo, a nuestro estilo de vida, etc… Somos empáticos, porque es la única forma en que conectamos con los proyectos, y con la audiencia. Como mencioné al principio, también nos adaptamos a la velocidad con la que todo transmuta, resistimos el vértigo… y eso nos hace distintos. Me despido, soy Erika. ¿Ustedes qué opinan? ¡Hasta la próxima!
Comentarios