Artículos de prensa, redacción publicitaria, literatura de ficción, o el género que sea. Son textos que pensamos y diseñamos para vender, pero también porque queremos expresar algo que de otro modo no podemos. Las personas ajenas a ello, o al menos muchas de ellas, creen que una actividad como la de escribir (o dibujar, o diseñar) es demasiado fácil para ser considerada seriamente como algo a lo que dedicarse, que es como meterse un chicle en la boca, mascar un poco y hacer globos sin parar, pero luego acuden a los creativos para comprar sus ideas, ideas que ellos no tienen tiempo para plantar y regar, no se ven capacitados, o simplemente no les da la gana. Esas ideas que ven crecer ante sus ojos como en un jardín ajeno, a algunos les tortura mentalmente, y desarrollan una especie de manía hacia las personas creativas, que se ve reflejado en una constante sucesión de cambios e interrupciones, y un trato que va de lo condescendiente a lo espeluznante. Los que escribimos, lo hacemos porque estamos pensando, pero también estamos sintiendo algo y no queremos seguir encerrarlo dentro de nosotros mismos ni un maldito minuto más, para que otros vean, lean, y comprendan que aquello que ellos experimentan, otros también lo hacemos, que todas esas cosas no sólo salen de la mente de las personas, que muchas veces vienen de un lugar mucho más hondo. Al escribir, nos mueve algo más que inclinarnos sobre un papel en blanco o sobre un teclado, que no se trata de demostrar lo listos o lo cretinos que podamos ser. Es por eso por lo que las máquinas no han sido capaces hasta ahora, ni lo serán en mucho tiempo, de hacer lo que nosotros hacemos, porque no se trata de cálculos matemáticos. No hay reglas exactas, no hay fórmulas, se trata del espíritu humano, con sus sueños, sus sensaciones, y sus emociones. Eso es lo que impulsa a escribir sobre las páginas en blanco de la vida, y continuará haciéndolo mientras la vida transcurra, mientras haya un mínimo de sensibilidad en éste mundo, y mientras las emociones quieran ser expresadas y plasmadas bajo la forma de palabras escritas, aunque algunos desprecien las ideas, y subestimen la creatividad, nosotros seguiremos en funcionamiento, pues esas actividades por las que sienten rechazo podría decirse que son esenciales en la sociedad. Ideas que dan vida a la sociedad. Imagen cortesía Shutterstock
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