Con los avances que nos ha proporcionado la era tecnológica y los progresos de internet y sus diferentes plataformas y aplicaciones, cualquiera puede crear una página web, un blog o similar y dedicarse a escribir y crear contenido para ser consumido de manera digital. Aunque la tendencia avanza hacía lo digital, también son cada vez más frecuentes las editoriales creadas con el objetivo de servir como lanzadera para autores principiantes que quieren ver su obra publicada en papel. En cierto modo, hoy cualquiera puede ser escritor (que sea más o menos profesional, ya es otra historia), pero cuando se trata de la redacción publicitaria no es tan sencillo. Para dedicarte a escribir textos publicitarios, no basta con ser capaz de escribir textos bonitos y atractivos, sino que debes contar con ciertas habilidades. A continuación, os detallo la que para mí es la checklist básica del redactor publicitario:
- La práctica hace al maestro: aunque pueda parecer una obviedad, la frustración puede ser el peor enemigo de un copywriter principiante, algo que no todo el mundo puede aceptar. Además, como habrás podido comprobar si ya te has introducido en el mundo de la publicidad, por algún misterioso motivo que la mayoría de jóvenes desconocemos, no vas a obtener un puesto de trabajo si no tienes experiencia. Por ello, si no cuentas con unos cuantos años de experiencia sobre tu espalda, no temas a investigar por tu cuenta y desarrollar tantas campañas ficticias o truchos como puedas. Al principio es muy común querer experimentar con grandes marcas con un territorio de marca muy establecido, como Coca – Cola o Dove, pero a medida que vayas cogiendo soltura será más motivador plantearte retos que te hagan pensar fuera de lo común. Intenta variar de sector y tipo de empresa, así como de público y soportes o medios de difusión. Cuanto más variado sea tu reportorio, mejor podrás demostrar tus habilidades y capacidad de adaptación.
- Hazte amigo de los diccionarios: es importante conocer la variedad de diccionarios a los que puedes recurrir y utilizarlos. Hay una extensa variedad de diccionarios, siendo los de uso más frecuente los de sinónimos y antónimos y el de la Real Academia Española. Resultan de gran utilidad tanto para enriquecer nuestro vocabulario como para prevenir errores ortográficos.
- Es importante desarrollar tu estilo, pero es igual de importante la capacidad de adaptación: ser redactor publicitario no es lo mismo que ser escritor, en nuestra profesión has de ser flexible y poder adaptar tu registro a las necesidades de cada cliente: los habrá más serios y tradicionales, otros cercanos y juveniles, otros que adoptarán un lenguaje profesional dirigido a un sector muy concreto… Con experiencia, esto se convertirá en una actividad sencilla, pero cada vez que nos enfrentemos a un nuevo registro será importante investigar y practicar hasta sentir que lo hemos dominado.
- Apasiónate por la lectura: tener la humildad suficiente para prestar atención aprendiendo de aquellos que llevan años escribiendo es de vital importancia. No importa el género, ya que cada uno nos enseñará diferentes métodos que en algún momento de nuestra carrera nos serán útiles. Por otro lado, es conveniente habituarse a leer sobre el sector y a analizar casos de éxito en publicidad, tanto antiguos como más recientes. Esto te ayudará a tener un criterio más sólido y a ser capaz de saber diferenciar un buen trabajo de uno mediocre.
- Que la curiosidad sea una de tus mayores cualidades: la curiosidad te llevará a ser un adicto a la información y esto a tener un registro lo suficientemente amplio como para enfrentarte prácticamente a cualquier encargo. Además, si por naturaleza eres una persona curiosa, estarás acostumbrado a buscar por ti mismo respuestas ante aquello que te resulta desconocido, por ello te resultará mucho más sencillo investigar ante aquellos casos de los que no tengas ni la más remota idea.
- Habla el lenguaje de tu público: aunque sea imprescindible contar con un léxico amplio y enriquecido, también es importantísimo ser capaz de pensar como lo hace el público al que te diriges y de redactar mensajes que conecten con ellos, hablando su mismo lenguaje. No tiene sentido emplear palabras rebuscadas si nos dirigimos a un público juvenil o de bajo nivel cultural.
- Desayuna, come y cena creatividad: la creatividad de un redactor publicitario no se alimenta exclusivamente de la lectura y el consumo de información y publicidad, sino que es necesario tener tantas fuentes de las que beber como nos sea posible: acudir a exposiciones y conferencias variadas, salir a pasear por tu ciudad en busca de arte callejero, analizar la composición de los escaparates y los lineales en el supermercado, escuchar las conversaciones y observar las conductas de los diferentes grupos demográficos de nuestro entorno… Cualquier estímulo externo puede ser una fuente de inspiración y aprendizaje.
- Conocer diferentes culturas: aunque no siempre sea posible viajar tanto como desearíamos, aprender otras culturas no se reduce exclusivamente a los viajes. Es cierto que viviendo la experiencia llegarás de manera más directa a lo más profundo, pero también es una buena opción informarnos sobre las diferentes normas sociales y éticas de otros países, sobre las diferencias gestuales entre nuestra sociedad y otras… Tener interés por estos aspectos nos evitará cometer errores si algún día tenemos que trabajar para un cliente de otro país con grandes diferencias respecto al nuestro.
- Deja que tu imaginación siga volando como cuando eras un niño: para que nuestra creatividad no se resienta es muy importante romper con lo establecido, dejar de pensar dentro de las normas de la lógica nos ayudará a generar ideas más potentes para así crear nuevos conceptos que realmente sorprendan e impacten. No tengas miedo a pensar estupideces, es necesario pasar por ellas para tener grandes ideas.
Imágenes cortesía de Shutterstock
Discussion about this post