Todos nos expresamos libremente por nuestras redes sociales. En Twitter escribimos pensamientos de lo que nos disgusta y lo que amamos, en Facebook somos más divertidos y mostramos momentos con nuestras familia y amigos. Por último en Instagram publicamos momentos más íntimos. Cada perfil social tiene un lenguaje propio, una personalidad y un fin, ¿Entonces por qué no pensar un contenido más asertivo? Personalmente creo que el éxito de las marcas en redes sociales ha sido su “humanización”, la cercanía que hemos tenido como consumidores al producto que amamos es indescriptible, el poder opinar sobre un post, comercial o nuevo producto que ha salido es algo que está al alcance de todos. Pero más allá de eso, las marcas han podido demostrar por medio del lenguaje escrito y gráfico su verdadera esencia, su filosofía y algunas su compromiso con el mundo, lo que con el marketing tradicional no ocurría, pues la ideas se varan en una valla o en un parador de bus. Más que buscar una foto de Shutterstock, ubicar un texto y publicarla en algún perfil, es transmitir todo un pensamiento filosófico de marca de manera creativa, un contenido sincero y verídico que sea capaz de cambiar el “sinónimo” que la publicidad es mentir. No necesitamos grandes equipos de producción ni la última cámara de fotografía para publicar un buen contenido, basta con tan solo entender el gusto del público que no sigue y comprender que las marcas no son marcas en redes sociales. Piensa en una marca a la cuál eres fans ¿La tienes? Ahora reflexiona sobre los verdaderos motivos del por qué le diste clic al botón de “me gusta” o “seguir”. Hazlo como ejercicio y pregúntate si tú mismo le darías Like, follow o seguir a tu propia marca. Imagen cortesía Shutterstock
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