Un día nos decidimos a emprender por nuestra cuenta o a crear nuestra propia entidad empresarial, y justo en ese momento nos damos cuenta de que será necesario conseguir un nombre para nuestra marca con la capacidad de transmitir todo lo que nuestro proyecto representa, pues es el primer contacto que tendremos con nuestro público. Como siempre recomiendo, lo mejor cuando se trata de tu empresa es contar con profesionales del sector, en este caso del branding, para conseguir los mejores resultados. No obstante, en sus comienzos muchas empresas y personas no cuentan con los recursos económicos necesarios para cubrir estas necesidades, por lo que creo conveniente proporcionar unas directrices básicas para afrontar este proceso:
- Tomarse el tiempo necesario, no quedarse con la primera opción: pensar el naming de tu marca no debería ser tarea de un solo día, ya que te acompañará durante muchos años o incluso durante toda la vida de tu marca. Una de las técnicas más empleadas en este proceso es la de realizar un listado de tantos nombres como seas capaz, entre 50 y 100 sería una buena cantidad. Una vez hayas concluido tu listado, es recomendable distraer la mente y dejar esta tarea aparcada durante al menos un día. Cuando retomes este proceso, te resultará muy sencillo eliminar aquellos nombres que no te convenzan e ir minimizando el listado hasta conseguir entre 5 y 10 finalistas. El resto de los pasos te irán proporcionando consejos para reducir cada vez más tus opciones hasta dar con el nombre perfecto para tu marca.
- Investigar el mercado y la competencia para tratar de diferenciarse: cuando tratamos de introducir nuestro nuevo negocio o proyecto en una categoría, sector o mercado muy saturado, es de vital importancia ser originales y creativos. La diferenciación es clave a la hora de crear nuestra marca, tanto en el nombre la misma como en lo que engloba y evoca a nuestros clientes.
- “Lo bueno, si es breve, dos veces bueno”: la brevedad debe ser una de las cualidades que reúna nuestro nombre de marca. Esto no significa que haya que hacer uso de acrónimos o iniciales, sino que el naming no debería contener más de dos palabras. Recuerda que siempre podrás tener, además de tu naming, un eslogan de marca que describa tu actividad y que refleje la filosofía de tu marca y sus beneficios o factores diferenciadores frente a la competencia.
- Debe ser fácil de pronunciar y tener una sonoridad agradable: hay que tener en cuenta las limitaciones del lenguaje y el público al que nos vamos a dirigir para crear un nombre de marca que conecte con nuestros consumidores y usuarios. Cuando nos exponemos a que no se sepa pronunciar nuestra marca, nos arriesgamos a que no se mencione por temor a una mala pronunciación y, como todos sabemos, “lo que no se nombra no existe”. No dificultemos la tarea de hablar de nuestra marca y hagamos que el uso de su nombre sea una experiencia agradable.
- Debe ser fácilmente recordable: para ello, es recomendable evitar métodos de nomenclatura como las siglas, que durante décadas han sido tan comunes. Los nombres en otros idiomas también pueden hacer que nuestro nombre tenga una difícil memorización, por lo que si no se trata de un término pegadizo o muy extendido, también es conveniente evitar esta fórmula.
- Huir de las modas: un naming ha de ser perdurable ante los cambios en el mercado y en el imaginario colectivo producidos por el paso del tiempo, siendo esto también aplicable a la creación del logotipo. Actualmente, por ejemplo, es muy frecuente el uso de términos en otros idiomas que no tienen traducción al propio y, sin duda, es una opción tentadora. No obstante, cabe recordar que durante años también fue muy atractivo el uso de la Cómic Sans, que hoy se ha convertido en una tipografía aborrecida que a la mayoría resulta desagradable.
- Evitar nombres generalistas o descriptivos: además de no ser registrables en ciertos países, emplear estos términos comunes hará que la marca no sea única y diferenciadora. Como ya hemos dicho, conviene ser creativos y perspicaces a la hora de elegir nuestro nombre de marca, seguro que puedes pensar un concepto más innovador que los mencionados para tu marca.
- Analizar que los nombres escogidos no tengan connotaciones negativas o significados inapropiados en otros países. Nunca sabemos el alcance que puede llegar a tener nuestro proyecto, por lo que si nos enfrentamos a un proceso de internacionalización es mejor estar seguros de antemano de que nuestra marca resultará igual de atractiva en otros países.
- Comprobar que las opciones finalistas se puedan registrar en el Registro de Marcas o entidad responsable en cada país. Para evitar sorpresas en la etapa final del proceso, conviene tener unas nociones básicas sobre el reglamento de protección de marca en los países en los que vaya a actuar tu marca, así como de las restricciones que se establecen en ciertos países, como las mencionadas en el punto 7. En los tiempos que corren, también es necesario comprobar que el dominio y el nombre en las diferentes redes sociales esté disponible. Son muchas las pequeñas empresas y freelances que no registran su marca pero sí han comprado un dominio y creado sus redes sociales, por lo que aunque tu marca sea registrable, puedes encontrarte con que estos espacios no estén disponibles. En este proceso, la anticipación te evitará muchísimos disgustos, por lo que antes de encariñarte con una propuesta, asegúrate de realizar estas comprobaciones.
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