Una marca debe diferenciarse de otra a través de las características de su servicio o producto. Pues bien, frente a la competitividad del mercado, no es suficiente diferenciarse con una buena imagen o un buen producto. Se necesita enamorar a la audiencia, para que se vuelvan asiduos y así generar lealtad, que finalmente esto sería uno de los objetivos principales. Aquí, algunas emociones con las que una marca puede seducir. Veamos… Cercanía. Cuando el público siente cercana a la marca, se está logrando una de la claves… se está humanizando el lenguaje con el que la marca se comunica. Es decir, se está proyectando un mensaje claro, certero y sobre todo amigable. Aquí por ejemplo, se puede destacar la comodidad del servicio o la funcionalidad de los productos. para que efectivamente así lo perciban. Relevancia. Aquí lo más importante es tener en primer plano a la audiencia. Una marca que solo habla de lo “increíble” que es, o de lo bonito que es su producto, nunca va a emocionar al público y no los va a hacer sentir relevantes. Es todo lo contrario, la marca debe hablar y valorar a su audiencia para hacerla sentir realmente importante. Identificación. La marca empata con la personalidad de su target. Es decir, la audiencia siempre busca una marca que esté reflejando su personalidad, para poder identificarse con ella. Entre más asertivo sea ese empate más óptima será su identificación. Admiración. Obviamente no me refiero a que la audiencia admire a la marca, al revés, la audiencia debe sentirse admirada por la marca. Pero, cómo se puede lograr? Justamente, valorando las cualidades del target y ofreciendo calidez, experiencia (y no únicamente mercancías o servicio). Empoderamiento. Esto es darle autonomía a la audiencia, es decir, hacerle sentir que tiene el control ya sea del servicio o producto. Veamos, el público también tiene objetivos, la marca aquí, deberá ayudar a su target a cubrir esos objetivos, para también generar confianza y credibilidad. La estrategia de la marca debe estar dirigida para hacer sentir libre a su audiencia. Me despido, soy Erika, como vemos, lo más importante es emocionar al público, para perdurar en el mercado tan voraz de hoy. ¿Ustedes qué opinan? ¡Hasta la próxima! Imagen cortesía de Shutterstock
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