Publicidad y Análisis del Discurso La ópera no es para todos, se dice por ahí. Como discurso referido, hace eco de muchas voces, de entendidos y de los que solo tocan de oído. Sin embargo, algo de verdad hay en esta idea admitida y compartida por muchos, representada claramente en un comercial recientemente emitido para la Compañía de Ópera de México. El comercial “Ópera para todos”[1] realizado por la agencia Tótem Marketing Group, parte de un problema: la ópera no es un acontecimiento artístico atractivo para el público en general, en México. Por lo tanto, la propuesta consiste en hacer percibir como cercano a la gente, como parte de lo cotidiano, lo que en realidad es considerado como un espectáculo para pocos. Si la gente no va a la ópera, la ópera sale a la calle a demostrar que su lenguaje y las pasiones que lo movilizan, nos puede emocionar a todos. En cierto modo, la propuesta debe refutar este cliché o estereotipo cultural “la ópera no es para todos” y demostrar que es posible llevar a la calle un género musical de élite, para que sea popular. La estrategia discursiva de captación es efectiva en cuanto genera identificación, comparte valores y emociones con una audiencia; y lleva a un plano de lo cotidiano lo que es percibido como distante. El problema queda planteado en el primer enunciado: “México es uno de los países con menos presentaciones de ópera. Para que la gente asista, primero debemos conquistar sus oídos”. Se parte de un hecho que funciona como evidencia real –según datos de operabase– que respalda la iniciativa. La narración comienza por parte de un representante del género que relata una experiencia vivida por Mozart, quien deseaba a su vez llevar la música clásica a la gente y se oponía a las exigencias de los críticos refinados de la época. Esta referencia funcionaría como un argumento de autoridad, la voz del experto que respalda la iniciativa. En este marco, estaría implícita una confrontación entre lenguajes incompatibles, el lenguaje del género operístico y el lenguaje coloquial también llamado “de la calle”. En la ópera confluyen la música, el canto, la poesía, las artes plásticas y a veces también, la danza. Los personajes se debaten entre pasiones enfrentadas y exacerbadas por sentimientos como el amor prohibido o trágico, la infidelidad, la venganza, la ambición, la seducción, el sacrificio, etc. La dimensión pasional del discurso es la que se enfatiza en este género. Este sería el puente que vincula a un mundo con otro, las pasiones. El texto enuncia: “(… ) trabajamos para acercar la ópera a la gente… decidimos ayudar a los vendedores de la calle y les grabamos un álbum para que vendieran sus productos con un poco de ópera en la calle…”. De un modo creativo se fusionan dos lenguajes, se adaptan los registros y se logra un resultado de alta calidad artística donde el libreto actualizado colabora en la venta puntual de un producto. Los vendedores ambulantes se convierten de este modo, en los intermediarios entre la gente y la ópera. Arte, creatividad y solidaridad todo en una misma propuesta. Arriba o debajo de un escenario, con o sin libreto, la vida y las pasiones que la mueven son las mismas; tanto en la Ópera como en la calle. Por lo tanto, la Ópera es para todos. [1] https://www.youtube.com/watch?v=KcBDLAL9EPM
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