Unos de los mayores problemas que tienen los trabajadores de una empresa es no saber qué hacer, muchos incluso son profesionales probados y de gran nivel pero llegan a una cultura nueva donde deben hacer muchas cosas nuevas (claro que con el conocimiento que ya tienen) y en ese momento el expertise es muy importante, pero cuesta adaptarse, sin embargo suele ocurrir que alguien que es Jefe quiere algo de una manera y otro Jefe lo quiere de otra manera, un Gerente propone que algo no se debe hacer y otro dice que eso sí es imprescindible hacerlo y ¿entonces lo que se debería hacer dónde queda? La falla tan frecuente de no entender qué sí o qué no hacer en una organización está muy marcada y es responsabilidad de Talento Humano, es muy fácil hablar de descriptivos de cargos o de funciones, de perfiles a trabajar, pero en pocos lugares he podido ver verdaderas hojas que describan y proyecten lo que un profesional debe hacer, algo que deje claro no solo qué hacer, cómo le evaluaran, qué cosas son importantes y cuáles no. ¿Si la función de un profesional de Talento Humano (RRHH, Gestión Laboral o como quiera que lo llamen) es gestionar los resultados eficientes y que la curva de aprendizaje del puesto disminuya acaso no es obligatorio despejar esta inquietud? Cada día veo cómo se contrata gente para dejarla echada a su suerte, luego exigir resultados y al final quejarse porque la rotación o la falta de cumplimiento son críticas, ese panorama se asemeja al de un avión que quiere despegar, tiene la gasolina, el piloto experimentado pero la pista está llena de obstáculos y problemas, no hay posibilidad de acción real y al final está un GENIO de Talento Humano preguntando ¿si usted es tan experimentado por qué no pudo despegar? Sería mejor que le den la pista limpia y señalada, que le apoyen y generen el compromiso para luego comprobar que si algún día es realmente necesario el piloto volará en las peores condiciones y generará los resultados que la empresa necesita. Imagen cortesía Shutterstock
Comentarios