Cuando alguien regresa a tu vida, significa que has dejado una huella difícil de olvidar. En el contexto empresarial, simbolizas una alusión que perdurará por siempre en la mente de las personas. Así mismo, te valorarán por todos los momentos agradables que les brindaste con tu presencia. La palabra romance tiene distintos significados según cada individuo. Para algunos, puede ser un estado temporal en el que realizan ciertas actividades de nivel candente con diferentes personas. Para otros, es un estado permanente, en donde confluyen 2 almas que se han encontrado en un espacio de tiempo e intentan edificar un proyecto de vida juntos. Para otros, probablemente sea una mezcla de las dos y vivan intensamente mientras estén juntos. Estar inmerso en una concomitancia es algo magnífico. Es muy erótico sentirse amado y apreciado. Saber que para alguien eres su razón de sobresalir día a día y su inspiración para ser mejor, es un aspecto que llenará de júbilo a cualquier ser humano. Las relaciones amorosas se vuelven el elixir de la felicidad; son estados emocionales en donde no tienen cabida los aspectos realistas de índole nocivo y perjudicial. Por el contrario, resaltan lo justo y bello de la afinidad. Cuando una marca “acoge con sus brazos a un cliente” y logra introducirse a su espacio personal, logra crear un vínculo sensitivo, y en poco tiempo, ese lazo se convierte en algo fuerte que se irá alimentando día a día con valores como la confianza, comprensión, sorpresa y entendimiento mutuo; mismos pilares que forman un noviazgo. Todo lo que sientes o piensas acerca de otra persona es el espejo de la posición en la que te encuentras. En el caso de las marcas, si crees que alguna compañía te brinda estabilidad emocional al usar sus productos, significa que el grado de empatía con tu personalidad es elevado. De igual forma, si al adquirir los servicios profesionales de una empresa y sientes que al recibir la totalidad del servicio la confianza te invade, es síntoma de “satisfacción pos – compra”. En ocasiones, sentimos que la sociedad envía mensajes confusos acerca de las relaciones. Por un lado, nos dicen que no se debe entregar el 100% de nuestro amor. Por otro, nos recomiendan que debemos entregarnos en “alma, vida y corazón” para maximizar el deleite de nuestra pareja. Personalmente, digo que cada persona, individuo, empresa o proyecto debe entregar la mejor faceta de si, ya que, cuando salga a relucir sus aspectos “no tan agradables” la atracción hacia sus cualidades estará cimentada bajo el deseo y la comprensión, más no por la idea que proyecta. Si una empresa transmite a sus clientes valores estables y fuertes, le hará comprender a sus prospectos que en cada transacción comercial estará acompañado por una gran imagen que no sólo se ha creado según su apreciación, sino por su concordancia comercial. La confianza en la marca es lo que el sexo genera en los noviazgos: una fuerza que controla el entorno. Si una persona logra canalizar su energía sexual y aplicarla a una iniciativa que tiene en mente, con exactitud lograría los resultados esperados en un tiempo reducido. La transmutación sexual es una aptitud que no muchos tienen, pero que fácilmente se puede aprender. Paralelamente, si una compañía le pone el mismo entusiasmo en brindar un servicio al cliente fenomenal que cuando compara los ingresos netos mensuales, el conteo del ejercicio contable sería mucho más complaciente, ya que las ventas serían mayores. Cuando un cliente te dejó por un lapso (independientemente de la razón que lo llevó a tomar esa decisión) y regresa a tu tienda, se evidencia que has realizado un impecable y excepcional trabajo. Los consumidores buscan certezas en sus compras, y si ha regresado, es porque tú eres la opción que mayor probabilidad le brinda. Así que, ten muy en cuenta las personas que compran en periodos lejanos; quizá haya un proveedor de servicio que le brinda un menor precio, o quizá un producto adicional, pero si regresa a ti, es porque llenas ese vacío comercial que los demás no son capaces de completarlo. Así como reza el título de este artículo: si eres una etiqueta que logra generar ideas positivas en sus clientes, y, además, produces un deseo involuntario de regresar, has obrado extraordinariamente. Recuerda que los ojos nos dicen las verdades que la lengua no dice. Imagen cortesía Shutterstock
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