A veces, los que vivimos en ciudades estamos expuestos a señalización diseñada con tipografía ilegible. En 1943, el artista y humorista Gelett Burgess se cansó de esta situación en Nueva York y le escribió una carta al entonces alcalde Fiorello La Guardia. Y se la escribió en verso. Pueden ver el original en inglés en la imagen; aquí va la traducción de tres de las estrofas (la carta tenía 14): ¿Por qué aquel que pinta las señales en las calles numeradas de Nueva York combina esos tres y seis, ochos y nueves? Porque a la distancia, cuando es tarde, es difícil diferenciar entre un seis, un nueve, un tres y un ocho. ¡Oh, señor alcalde, sea amable! ¡Sea sabio! ¡Por favor modernice las señales de nuestras calles con números que podamos reconocer! Una carta así no podía pasar desapercibida: La Guardia le contestó. También lo hizo en verso y hasta aludió al libro “Look Eleven Years Younger”, escrito por Burgess en 1937. La respuesta tenía siete estrofas; estas son las últimas dos: Todo un nuevo diseño es lo que queremos, y mientras, rezando de rodillas, nuestro brillante gobierno debe establecer prioridades. “¡Un proyecto de posguerra!”, gritaremos y cuando una flota de señales aparezca la ciudad parecerá once años más joven. Así que ya saben: para quejarse sobre el diseño de la señalización urbana, nada mejor que hacerlo en verso. Parece el modo más directo para obtener una respuesta.
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