Al referirnos a una orquesta, en el diseño, habrá que visualizarlo como el conjunto de piezas que configuran ese objeto que planeamos. Ahora bien, orquestar el diseño es estructurarlo de tal forma que esas piezas le den armonía, congruencia y lo simplifiquen lo más posible, para que se proyecte asertivamente en base a las características del proyecto. Veamos. Desde la planeación de nuestro diseño tenemos que fungir como “directores de orquesta”. Debemos tomar muchas decisiones, qué información me sirve y cuál dejo de lado, qué elementos voy a utilizar, qué medios voy a emplear para proyectarlo, qué voy a gestionar, qué alcance espero que tenga el proyecto?.. en fin, todo debe ser pertinente, todas nuestras respuestas deben dar un sentido lógico para brindarle significado y empezarlo a configurar. Bueno, en este proceso de “armonizar”, debemos dar inicio a una correcta interpretación. Qué tenemos que interpretar? Básicamente tres aspectos. El problema, el contexto, y la audiencia: Debemos saber la raíz del problema para poderlo interpretar bien y así evitamos abrir alternativas a soluciones incorrectas. También debemos conocer el contexto, delimitarlo, de lo contrario nunca será congruente nuestra pieza de diseño, o digamos que funcionará en el lugar equivocado y será inútil. Y finalmente conocer las características de la audiencia para proyectarlo en el target adecuado. Ahora, ya que interpretamos el proyecto y estos tres aspectos anteriores, tenemos que simplificarlo hasta convertirlo en nuestro objeto de diseño. Esto es, una “orquesta” simplifica la partitura y la vuelve melodía. Así en nuestro campo, pero… Nosotros qué tenemos que simplificar? Acá también son 3 aspectos, debemos simplificar la información, los elementos y la interacción: Como se sugiere en los párrafos de arriba, debemos abstraer la información que nos va a servir. Esto para contrastarla y simplificarla hasta lograr una conceptualización que sea la más eficaz para el proyecto. Teniendo esa conceptualización, podemos tener más claros los elementos que vamos a utilizar, debemos designarles valor de significación, así habrá que sintetizarlos e integrarlos manteniéndolos coherentes frente a la problemática que vamos a resolver. Y por último también debemos simplificar la interacción de nuestro objeto de diseño, es decir, debemos lograr que la lectura que haga la audiencia de nuestro diseño propicie una rápida autonomía de uso (interacción) para que se pueda apropiar de él y lo incorpore dentro de su cotidianidad. Me despido, soy Erika, ustedes ¿qué opinan?, ustedes cómo orquestan sus diseños? Hasta la próxima. Imagen cortesía Shutterstock
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