¡Hola amigos! He estado un poco alejado de las columnas de Roastbrief, porque precisamente he estado muy juicioso trabajando en mi nueva conferencia “El Poder Real de los Superhéroes”, en ella destaco 8 categorías claras de superhéroes que tienen su paralelo en la publicidad y por supuesto, en la vida real. Hoy se hace más relevante hablar de lo que llamo el Héroe Ungido. Este tipo de superhéroe es aquel que nunca pensó realmente en que terminaría siendo un héroe, pero por el azar o por las circunstancias, terminó recibiendo un don que al sacarlo del mundo ordinario lo convertiría en foco de atención. Pensaríamos que el héroe es siempre bueno pero realmente no siempre lo es, ya que lo bueno está definido por las sociedades y no siempre lo que es bueno para uno, resulta siendo bueno para el otro. Tal es el caso de los Taxistas vs Uber, en el que los taxistas argumentan que la competencia no es “justa” dado los impuestos que ellos deben pagar, pero su concepto de lo que es “justo”, no es compartido por los usuarios, que vieron en Uber una alternativa “justa” de transporte. Algo parecido pasa en el ámbito político, ¿Cómo se pueden explicar cosas como el Brexit en Europa o los resultados del plebiscito en Colombia o que Donald Trump sea el nuevo presidente de los EEUU? La respuesta parecería esquiva pero en realidad es simple, la gente desea expresar que ya está cansada de los mismos cuentos o para ponerlo en nuestros términos, de las mismas mitologías. Aunque lo que la gente desea expresar es claro, la manera de hacerlo no, ya que Trump debe su victoria a las mismas mitologías, pues el cuento del sueño americano, es una estrategia de marketing de nostalgia utilizada bajo la premisa “todo tiempo pasado fue mejor” y resulta que no es así, pero al vivir en una sociedad hiperinformada como la actual, la sensación de que hoy pasan muchas cosas malas, se hace evidente. Donald Trump se convirtió en un héroe, o más bien, en un antihéroe, porque supo adaptar su discurso a la situación actual de Norteamérica, en el que los villanos somos todos lo que no representamos a la América clásica y tradicional, blanca, capitalista, poniéndolo a él como el héroe que va a “Volver a hacer grande a América”. En Bogotá pasó algo parecido con la elección de alcalde, su lema fue “Recuperemos a Bogotá”, acudiendo a la idea de la antigua Bogotá perfecta, que nunca existió, pero que refuerza el pensamiento de que en realidad nunca se estuvo peor. La gente siempre necesitará creer en héroes, pero más que héroes en las historias que los crearon, mitologías en las cuales puedan invertir sus sistemas de valores, y lastimosamente nadie lo hace mejor que los políticos.
Comentarios