Pienso que llueve sobre mojado si ahondamos en nuestra relación con el brief y lo que contiene. Se ha dicho bastante por todos lados: Emotivo y racional, mas cualitativo que cuantitativo, más adjetivo que sustantivo, muchas verdades ligeras, menos afirmaciones sobre piedra. Se ha dicho mucho y para todos. Cuando pienso sus lecturas de agencia, puedo ver a muchos leerlo con devoción bíblica y a otros leerlo como etiqueta de leche. He visto a quienes buscan la quintaesencia y he visto quienes solo buscan la palabra clave. Con algunos cuantos brief y después de quererlos mucho y desdeñarlos por igual, hay algo que incrementó para siempre mi sentimiento hacia él: Es el punto de vista propio, el visor que te quieres quitar, la percepción que quieres contrastar. Tu gran verdad anterior. Creo que el punto de vista propio puede estar muy lejos de ser un sesgo y más bien puede ser un buen remo cuando te sientes rodeado de información en calidad de pantano. Tu punto de vista es amor propio que te regresa a la góndola del súper, a la llamada que haces para tener una cita médica, a cualquier lugar de tu ciudad donde no eres publicista y eres una persona que habla con otra para contarle algo. Algo sobre alguien que conoces de sobra y apellida Marca. Imagen cortesía de Shutterstock
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