El dilema universal al que nos enfrentamos todos los jóvenes publicitarios, sin importar de dónde vengamos, cuánto tengamos, lo guapos o feos que seamos, o lo muy estudiosos que hayamos sido, es el famoso reto de adquirir experiencia. Una pescadilla que se muerde la cola y que a nadie le gustaría saborear: para conseguir un primer empleo, necesitamos experiencia, pero para tener experiencia, evidentemente, necesitamos un primer empleo. Entonces, ¿qué demonios se supone que debemos hacer? Encontrar una salida en este laberinto que parece no tener fin resulta tremendamente agotador, tanto que cada año cientos de jóvenes publicitarios deciden abandonar tan bonita profesión, en busca de un trabajo que les permita tener una vida propia, lejos del nido paterno en el que se han visto obligados a vivir mientras trataban de conseguir esa anhelada experiencia, cobrando una cifra que más se parece a un mal chiste que a un salario. Nos han enseñado que para adquirir experiencia, el único camino es vagar por una agencia tras otra, trabajando a cambio de nada, perdón, quería decir a cambio de aprender, de esa experiencia que todos demandan, pero que ninguno está dispuesto a facilitarnos de manera digna. Pero no es cierto, hay muchos más caminos que, aunque no te permitan poner en tu currículum que has estado no sé cuántos años trabajando en tal agencia, te ayudarán a mostrar todo tu potencial y las horas que inviertes por tu cuenta para entrenarte y conseguir estar a su altura. Si tú eres de los que prefieren contar con una experiencia real, con trabajos propios que poder enseñar sin tener que preocuparte por esa cláusula de confidencialidad que te hicieron firmar cuando entraste a trabajar como becario en aquella agencia, te interesará saber que hay otros métodos con los que mostrar tu valía y cuán creativo puedes llegar a ser: 1.- Concursos: por suerte para nosotros, actualmente existen una infinidad de concursos dedicados a los jóvenes publicitarios, desde los que se celebran en las universidades y que en ocasiones alcanzan el ámbito nacional e internacional, hasta aquellos organizados en el marco de un festival publicitario que destina una de sus categorías a los jóvenes talentos. Cabe también mencionar aquellos concursos que organizan las asociaciones publicitarias de distintos lugares para localizar a los mejores jóvenes creativos de sus países. Incluso algunas marcas y empresas realizan concursos: en el primer caso, con el objetivo de encontrar ideas frescas y diferentes para publicitarse, en el segundo, para encontrar jóvenes publicitarios que destaquen entre la multitud y con los que contar en próximos periodos de contratación. 2.- Truchos: algo que tenemos que aprender todos los jóvenes publicitarios, y cuanto antes mejor, es que solo unos pocos creativos y solo algunas veces, trabajarán para esas fabulosas marcas con las que todos cuando empezamos a estudiar Publicidad anhelamos trabajar. Así que, ¿por qué no adquirir esa necesaria experiencia planteando propuestas para esas marcas con las que quizás nunca trabajemos? Cuando los incluyas en tu portfolio deja claro que es una propuesta ficticia, pues nadie creerá que hayas trabajado realmente para dichos clientes y que no avises de ello puede dar la impresión de que intentas engañar a alguien, aunque no sea tu intención. Por otro lado, piensa que en ocasiones puede resultar mucho más enriquecedor e interesante plantear propuestas para marcas más habituales por dos simples razones: en primer lugar, porque es para esas empresas para las que trabajan la mayoría de agencias, y les gustará ver lo que podrás hacer cuando trabajes con ellas. En segundo lugar, porque mostrar las muchas bondades de marcas prestigiosas puede parecer una tarea sencilla, pero tratar de encontrar el valor diferencial de una empresa que nadie conoce y mostrar tus capacidades para publicitarla con talento y creatividad, dejará ver que eres una persona trabajadora y que puede enfrentarse a cualquier encargo que le planteen. 3.- Recurrir a briefings de antiguos concursos: hay ocasiones en las que, en el preciso momento en el que decidimos presentarnos a algún concurso, no hay ninguna convocatoria abierta. En ese caso, además de informarnos de cuáles serán los próximos en celebrarse para que no se nos pasen las fechas, podemos recurrir a briefings de antiguos concursos, que suelen estar disponibles en la web de los mismos. No te servirá para ganar nada, pero sin duda es un buen punto de partida cuando no sabemos sobre qué trabajar para mostrar nuestro talento. 4.- Ofrecer tus servicios a pequeñas empresas: una vez tengas algunos buenos trabajos que muestren cuáles son tus capacidades, agrúpalos en un portfolio y recorre los pequeños comercios de tu localidad en busca de clientes que puedan requerir tus servicios. A menudo estas pequeñas tiendas no contaron con asesoría profesional a la hora de crear sus marcas, ni tampoco en el momento de crear piezas que les den a conocer, por ello, siempre y cuando hayas realizado una investigación previa sobre sus necesidades, puedes ofrecerles un rediseño de marca, una propuesta para redes sociales o para buzoneo… cualquier propuesta que cubra sus necesidades comunicativas a un precio asumible puede resultarles interesante. 5.- Colabora en tu universidad: en muchas de las universidades en las que se imparte la carrera de Publicidad se ofrecen prácticas internas en diferentes departamentos relacionados con el ámbito de la comunicación, e incluso se llevan a cabo pequeños proyectos en los que colaboran estudiantes y profesores. Investiga sobre las posibilidades que te ofrece tu universidad y trata de aprovecharlas al máximo, en el mundo real no se preocuparán por tu aprendizaje como lo hacen en tu universidad. 6.- Involúcrate en blogs o publicaciones relacionadas con publicidad, o incluso en aquellas que no tengan nada que ver con la publicidad pero que te permitan publicar periódicamente e ir adquiriendo experiencia en redacción. Busca blogs de actualidad, de tecnología e informática, juveniles, o de cualquier otro tema que te interese y del que tengas un extenso conocimiento, muchas de ellas tienen en su web algún apartado en el que te indican cómo contactar con ellos, o incluso en el que informan de cómo empezar a colaborar con ellos o avisan cuando necesitan redactores, communities managers o algún otro perfil publicitario. 9.- Infórmate de todas las posibilidades que te ofrece el entorno online: existe una gran diversidad de páginas en las que encontrar trabajos puntuales o concursos de clientes reales, busca grupos de Facebook para jóvenes publicitarios en tu zona geográfica, en estos se suelen publicar todo tipo de ofertas laborales, eventos interesantes, convocatorias de concursos, etc. Las posibilidades son infinitas, solo hay que saber buscar aquellos portales que se adapten mejor a tus intereses y a tu especialización (redacción creativa, diseño gráfico, ilustración, branding…) 10.- Y si todo lo anterior no funciona (o simplemente si te apetece), siempre podrás emprender, que no te de miedo. Cuando hablamos de tener un negocio propio muchos jóvenes entran en pánico, pero tranquilos, no es necesario que os encarguéis de fundar una gran empresa nada más empezar. Podéis comenzar vuestra andadura como autónomos o freelance, creando vuestra propia marca, ya sea con apariencia de pequeña empresa o como trabajador independiente con su marca personal. Para hacer esto, es necesario tener las cosas claras y muchas ganas de trabajar, ya que tu salario a final demás dependerá única y exclusivamente de ti mismo. En la mayoría de países, durante los primeros meses las cuotas a pagar por trabajar como autónomo son más reducidas, habiendo también ventajas por ser una persona joven (habitualmente menor de 30 años). No obstante, no hay que descuidar el importe máximo que alcanzarán estas cuotas ni el plazo de tiempo con el que contamos hasta que esto ocurra, por lo que deberemos trabajar duro para asegurarnos de seguir obteniendo beneficios a medida que los costes vayan incrementándose. A pesar de esto, ese plazo suele ser suficientemente razonable y nos otorga el tiempo necesario para trazar una estrategia a seguir y conseguir unos cuantos clientes estables con los que contar durante mucho tiempo, siempre y cuando tengamos la mejor actitud y resolvamos sus problemas de la manera más rápida y eficiente posible. Imágenes cortesía de Shutterstock
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