Uno de los temas de constante investigación por parte de los publicistas es ¿cómo hago para captar la atención del consumidor y que me compre? Para entender la manera de lograrlo necesitamos remontarnos a las bases del comportamiento humano. Todos tenemos miedos y, probablemente, son estos los que forjan sentido a nuestra existencia y al interés de superarnos cada día. Desde lo más minúsculo hasta nuestras decisiones más importantes se encuentran regidas por nuestros miedos, los cuales hacen parte de los instintos que componen al ser humano. Estudiamos porque la sociedad dijo que seremos nada si no lo hacemos, que seremos inútiles si no trabajamos. En la conformación de familia se nos dijo que nuestra vida será incompleta si no procreamos. Solo cuando evaluamos esos miedos y tomamos una decisión llámese “racional” podríamos considerar que no se actúa por miedo; sin embargo, todos estamos envueltos en una serie de acciones inconscientes que son ejecutadas por factores ajenos nuestra consciencia, ya que son determinados por nuestros códigos biológicos, culturales, sociales, familiares, religiosos y así sucesivamente, hasta abarcar una lista interminable de condicionantes que determinan nuestro actuar basado en el miedo social. ¿En qué afecta todo esto al desarrollo de estrategias publicitarias? Deben tenerse en cuenta cuáles son los miedos, externos e internos, que pueden tener los consumidores frente a lo que se ofrece, nuestro producto/servicio, de esta manera podremos contrarrestar estos pensamientos inconscientes con estrategias que ayuden a aumentar el confort por parte de las personas. Debe vérselo no solo como una manera de mejorar las ventas, sino también como una oportunidad de darle a las personas productos/servicios que, más allá del maquillaje publicitario realmente brinden un beneficio palpable, que aumente la calidad de vida de las personas. Sobra decir que esas promesas que plasmamos en las campañas deben ser verídicas tanto por razones comerciales, como éticas. “El éxito es acabar con la mayor cantidad de miedos posibles” Jürgen Klari? Imagen cortesía de Shutterstock
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