Grandes guerras se han ganado bajo la dedicación, estudio y por qué no mencionarlo, cierta obsesión. Desde Gengis Kan hasta Alegrando Magno, de Hitler hasta Napoleón, no solo la dedicación, esfuerzo y motivación han sido fundamentales para conquistar metas, también el trabajo en equipo. Todos los que han trabajo con una dupla, saben el punto hasta dónde el choque de ideas puede hacer que uno perciba el concepto diferente al otro – que en teoría no debería ser así –. El choque de ideologías puede llegar a ser una limitante en la búsqueda de la creatividad, inclusive la ambición de uno puede molestar al otro. Trabajar con alguien que apenas puedes llegar a conocer resulta estresante y sin el adecuado funcionamiento en equipo el camino puede desmoronarse. Trabajar en equipo significa confiar en tu compañero, saber que si le está fallando alguna situación, le ayudarás. Cuando tú estés fallado en una tarea él te brindará la mano, él conoce temas que tú no podrías dominar en ese instante de tu carrera, habrá situaciones donde tú tendrás que explicarle a tu dupla para poder consagrarse en la victoria. ¿Cómo trabajar en equipo? Lo primero es establecer los puntos sobre la mesa, saber cuáles son las habilidades de cada uno para que puedan organizarse, hacerle saber que tú también te vez felicitado por el Creative Chief Officer, al recibir ese premio en ese festival que los dos sueñan por estar ahí. Lo demás vendrá solo. Algunas agencias incluso deciden contratar por dupla, adquirir a aquellos creativos que llevan años trabajando juntos, esos grandes amigos que saben cómo dividirse el trabajo y basan su relación en torno a la publicidad, creatividad, ideas y cosas raras que observan que pueden adaptarse a las marcas. Tu dupla podrá ser la persona que termines odiando, tu mejor amigo o tu novia/o -sí, he conocido a un par de creativos que se conocieron al trabajar en dupla y terminaron casados, Art&Copy, una bonita combinación –, pero sobre todas las cosas, es una oportunidad única de empezar una épica amistad, creeme te tendrás que quedar a una intensas horas de peloteo hasta llegar a un «coma creativo». Así que confía en tu dupla porque lo último que deseas es llegar al siguiente día y decir: “Pu…, otra vez con este güey”. Si quieres llegar a Cannes confía en tu dupla, al final del día solo habrá una frase que importara: “Señores pasen a recoger su león”. Imagen cortesía de iStock
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