“Nada hay más doloroso para el alma humana, después de que los sentimientos se han visto acelerados por una rápida sucesión de acontecimientos, que la calma mortal de inactividad y la certeza que nos privan tanto del miedo como de la esperanza.” Frankenstein, Mary Shelley. Si hay un debate que puede llegar a incendiar una librería es la delgada línea que divide el género fantástico, el de terror y el de ciencia ficción. La monstruosa obra de Mary Shelley es un claro ejemplo. Frankenstein fue concebida como una historia sobrenatural, por petición de Lord Byron hace exactamente doscientos años. Entre gótica y romántica, con un claro eje aterrador, no hay quien argumente que la criatura, si hubiera sido creada en los tiempos que corren, se asemejaría más a un robot que al demonio que es. Para que estos eternos debates concluyan, existen varios premios de ciencia ficción como los premios Nebula, que cuenta como jurado la SWFA, Science Fiction and Fantasy Writers of America. Con diversas categorías, como relato corto, novela o guion, cuenta además con una honorífica en honor a Ray Bradbury. Las obras presentadas, primero pasan un etapa de nominación (en la que deben ser nominadas por diez miembros del jurado), para competir después por el premio final durante el año siguiente. Las ganadoras del 2015, fueron Un cuento oscuro, de Naomi Novik (novela); Binti, de Nnedi Okorafor (novela corta); “Our lady of the open door” de Sarah Pinsker (relato); “Hungry daughters of starving mothers” de Alyssa Wong (relato corto) y en la categoría de Ray Bradbury al mejor guion cinematográfico ganó la película de Mad Max: Furia en la carretera, de George Miller, Brendan McCarthy y Nick Lathouris. Aunque los premios Nebula son sin lugar a dudas los más importantes, existen por otra parte los premios Hugo, llamados así en honor a Hugo Gernsbacher, creador del término ciencia ficción. La última edición culminó con la revelación de los ganadores el pasado 20 de agosto, en la 74ª Convención Mundial de Ciencia Ficción (WorldCon o WSFS), MidAmeriCon II. The fifth season, de N.K. Jemisin se llevó el premio a mejor novela. Binti, de Okarafor, también se llevó el galardón como mejor novela corta. En lo que respecta a los relatos, fue la autora china Hao Jingfang el que ganó con su obra “Folding Beijing”, basada en la realidad que viven los no residentes de Pekín. Por otra parte, “Cat pictures please” de Naomi Kritzer ganó en la categoría de relato corto. Una de las diferencias entre los premios Nebula y los premios Hugo es, que lo segundos, además, premian otras categorías como novelas gráficas, editores, fanzines, o la entrega de otros premios como el Premio John W. Campbell, para escritores nóveles, y que este año ha sido entregado a Andy Weir, autor de la novela El marciano. Sin embargo, si hay algo que dejan muy claro todos los autores dedicados a la ciencia ficción, es que los robots y los extraterrestres no son necesarios para crear una buena historia. A veces, bastan unas fotos de gatos. Como demuestra Naomi Kritzer: “I don’t envy anyone their cat; I just want pictures of their cat, which is entirely different. I am not sure whether it is in any way possible for me to commit adultery. I could probably murder someone, but it would require complex logistics and quite a bit of luck.” “No envidio el gato de nadie, solo quiero sus fotos, que es algo completamente diferente. No estoy muy segura si de alguna manera posible estoy siendo infiel. Podría matar a alguien, pero requiere una logística muy compleja y un poco de suerte.”
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