Se dice que hacer ejercicio es sinónimo de salud, pero el ejercicio no siempre implica esfuerzo físico. Los profesionales tenemos el deber con nosotros mismos de ser mejores día a día y para ello, el ejercicio es nuestra mejor baza. En la vida todo es cambio, empezando por nosotros, de ahí la importancia de despertar diferente que al acostarnos y objetivar el día entrante. Y por necesidad debemos escanear el entorno personal y profesional en el que vivimos, analizar los cambios, detectar nuestras necesidades respecto a ellos y acometer las modificaciones necesarias para adaptarnos. Por mucho que nos parezca alejado de nuestra «raza superior», la selección natural postulada por Darwin nos acompaña en cada momento de vida. Por eso debemos ejercitarnos en el crecimiento personal/profesional. Hoy quiero dejaros 5 ejercicios para ver las cosas de otra forma: 1.- CONVÉNCETE DELANTE DEL ESPEJO. Cada mañana, sin falta. El espejo es un espacio irrenunciable para todos y es tan íntimo y personal que se convierte en un consejero profesional de gran valor. Enfréntate a tu cara matutina y pregúntate por los resultados de tu lista de anoche, por tus minutos de reflexión en cama antes de dormir y por tus pretensiones del día que empieza. Y sé sincero, firme y serio, como si se te fuera la vida en ello. Delante de ti aparece un individuo que necesita, en el día que entra, ser un poco mejor de lo que fue en el día dejado ya en la hemeroteca y para ello debe ser consciente de cómo acometerlo. Muchos divagan, navegan, sueñan, dispersan, falsean y postergan por el simple hecho de no entender que la sinceridad con uno mismo es la única vía de crecimiento. Porque los malos hábitos y el tan utilizado «seguro que con esto doy el pego» se transparentan y se transmiten a los demás mucho más de lo que creemos convirtiéndonos, precisamente, en eso de lo que pensamos que nos estamos alejando. Ser honesto contigo mismo es ser honesto con tu entorno humano y profesional. 2.- ERRADICA CADA DÍA TUS LADRONES DE TIEMPO. Porque son muchos y variados. Empezamos cada día con un regalo de 480 minutos para utilizar como mejor sepamos ya que el objetivo de su uso es obtener un rendimiento profesional para nosotros mismos o para una empresa, del que obtenemos un rendimiento económico. Cada uno de esos minutos son clave y cada usurpación de uno de ellos incide en nuestro rendimiento. El minuto es una unidad que sólo es visible en rendimiento en plazos largos si perdemos 2 ó 3 de ellos al día, pero si los ladrones de tiempo atenazan racimos de minutos que afecten significativamente al total de los 480 entramos ya en un quebranto de tiempo. ¿Nos suenan las interminables reuniones de trabajo repetidas en temas? En vacaciones entendemos y asimilamos con claridad qué significa «perder el tiempo» porque nos lo podemos permitir y nos lo merecemos. ¿En serio vamos a pasarnos un año entero sin entender qué significa perder el tiempo en el trabajo? Acciones, personas o situaciones, no importa qué o quién sea pero si son ladrones de tiempo debes empezar a erradicarlos como ejercicio diario. No somos propietarios del tiempo, sólo tenemos lo que hacemos viendo como él pasa por delante. 3.- HABLA Y ESCRIBE MEJOR. No digo que lo hagas mal, sólo digo que lo hagas mejor. ¿Ejercicio, recuerdas? En el antiguo Oeste tener un caballo era sinónimo de independencia e iba relacionado con la subsistencia y las posibilidades de crecimiento. Hoy día, el mundo se rige por las palabra y la comunicación. Los mercados actuales se construyen sobre lo que las empresas transmiten, a nivel de imagen y con una muy alta implicación del contenido textual. Como profesionales que somos debemos ser excelentes en nuestra expresión hablada y escrita. Es muy lamentable recibir mails destripados en ortografía y gramática, argumentados sobre la «nueva costumbre de escribir en la mensajería instantánea». Eso ya no es ocurrente ni gracioso, no cuela y más bien habla mal de quién apela a semejante tontería. Socializar es la esencia del tejido empresarial, de ahí el éxito de las redes sociales, pero la socialización humana del cara a cara jamás se extinguirá porque es parte de nuestra naturaleza, por eso una parte muy importante de quiénes somos pasa por cómo nos mostramos y lo que transmitimos de lo que somos. Lee cada día para poder escribir, escribe cada día para ser leído y como consecuencia de ambos, habla y hablarás bien. Internet nos ofrece un abanico inacabable de herramientas y posibilidades de transmitir por escrito lo que día a día comunicamos de palabra con el simple compromiso de hacerlo. Además, hablar es la esencia de nuestra relaciones. Aprender a leer y escribir en este nuevo ecosistema digital cultiva nuestra excelencia. 4.- DESAPRENDE Y APRENDE A APRENDER. Mucho escuchamos que para aprender hay que desaprender. ¿Pero cuántos lo hacéis? ¿Y cuántos desaprendéis sin aprender nada? ¿Y cuántos ni desaprendéis ni aprendéis? Es sorprendente la cantidad de profesionales y empresas «cutres» porque están fuera del binomio desaprender-aprender. Nada electrocuta más en una reunión que un profesional cutre, el de las frasecillas aprendidas, el del comentario de fútbol para romper el hielo, el del chiste o comentario poco acertado, en definitiva, el de los recursos sustraídos que repite sin cesar por no tener recursos propios. Aprender es nuestra razón de ser. Es lo que nos permite buscar la excelencia y colocarnos en el extremo de una campana de Gauss tan voluminosa que deja extenuado a un mercado densificado de oferta. Cualquier valor añadido que aportemos como profesionales es una gotita de fidelización con el cliente y un valor competitivo frente a nuestros iguales de mercado. La formación de empresa en nuestro país, sobre todo en micro y pequeñas empresas, es un reflejo fidedigno y lamentable de la horrenda percepción que tiene el profesional sobre su necesidad de capacitarse para ser mejor. Ser capaz de prosperar por capacitación es un valor en alza en el profesional del siglo XXI. 5.- NECESIDAD DE ENTEDER QUÉ SIGNIFICA SER DIGITAL. Aunque suene extraño es una realidad preocupante. No sólo las empresas o los sectores sufren la brecha digital, también los profesionales. En esta vida casi todo es muy respetable. El tener que aguantar de muchos una defensa a ultranza de, por ejemplo, la agenda de papel hace que las neuronas chirríen pero sufrir un ataque y descrédito de las agendas digitales cuando muchos de ellos tienen una cuenta de Gmail o sus palabras emergen impregnadas de miedo al desconocimiento, es más que triste y reprobable. Nunca he visto un agente forestal de campo con traje y zapato de vestir, ¿por qué entonces cuesta tanto adaptarse a un nuevo entorno digital creciente que te deja fuera si no te adaptas? Muchos de los problemas del ser humano no vienen por la imposibilidad de hacer sino por la simple y errónea decisión de no hacerlo. Adaptarse día a día al nuevo entorno digital funcional de la empresa y el mercado, es esencial para estar en vanguardia. Tenemos todo a nuestro alcance y disposición para ello y no adaptarnos nos penalizará intensamente en un mercado altamente competitivo. Ser digitalmente competente ya no es una opción aunque muchos sigan sin ver que no pueden esperar a tomar la decisión. Estar o no estar depende de ser visto.
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