Ésta es una semana bastante exigente en la agencia. Tengo tres briefs encima y además proyectos fuera, todos en creatividad. Sin embargo, siento mucha satisfacción cuando me siento frente a la computadora y comienzo a escribir. El «arduo trabajo» se convierte en horas de placer y más aún cuando pienso en lo geniales que son mis obligaciones. Aunque estoy seguro que si les contara toda mi chamba a realizar, algunos llorarían.De esto me di cuenta al conversar con unas amigas. Mientras hablábamos sobre cómo iba la semana fui consciente de mi realidad. Verdaderamente estoy corriendo una maratón creativa, con muchas cosas a entregar y en tiempo record. Una de ellas me dijo que lo bueno de todo esto es que me gustaba. Aquello me aclaró la mente y me hizo pensar que la única manera de lograr cosas importantes es que estés enamorado de lo que haces. Si lo analizo, encuentro patrones muy claros. Por ejemplo, mi maestro de dirección de arte en Brother y director general de arte en la agencia donde trabajo, Tino Alzamora. En su mirada puedes ver pasión por la creatividad. Su forma de hablar te inyecta ganas de hacer cosas espectaculares y su chispa de humor hace que el trabajo sea divertido. Amigos como él y muchos otros te hacen sentir que el sueño de ser creativo es una realidad cada día. Ciertamente, cuando sientes que lo que haces es un privilegio es por que te encanta y eso lo transmites a los demás. Ha sido un lindo hallazgo saber que si algo te da satisfacción, nunca le hallarás el lado negativo. Bueno, así es el amor. Lo sorprendente es que también lo puedes sentir por tu trabajo. Si no te encanta despertarte para pensar en grandes ideas, llegar a la oficina y desarrollarlas, salir en la noche y seguir pensando, para comenzar al día siguiente; mejor olvídalo. Es hora de trabajar, ponerle hasta lo que no tenemos y disfrutar de este camino. Recuerda que cada día es una nueva oportunidad para lograr esa campaña que estará en la mente de las personas para siempre. Imagen cortesía de iStock
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