En este mundo laboral, cambiante y competitivo por excelencia, donde cada segundo una noticia se desprende para ser vista por todo el mundo al instante, donde la publicidad no respeta culturas ni regiones, donde tratamos de generar ciudadanos mundiales sin una esencia que los arraigue, se ha desarrollado la paradoja de contratar jóvenes que manejen bien la tecnología con criterios que solo da la experiencia; tecnología cada vez más desentendida por las generaciones antecesoras que día a día se sienten más obsoletas. Viene entonces la pregunta: ¿cómo contratar a alguien que tiene 20 o 22 años, con maestría y experiencia de 3 años laborando en puestos similares? Los jóvenes de ahora son una generación muy pero muy distinta, tienen intereses, visión, criterios y formas de ver la vida muy diferentes a las otras generaciones, por lo que es difícil integrarlos en el mundo laboral y pretender que interactúen bajo los mismos esquemas preconcebidos de la organización. Las ideas laborales deben modificarse y los sistemas de selección también. Se debe regenerar la visión de cada uno de los subsistemas de talento humano y la relación laboral en general. No pretendamos que una empresa totalmente tradicional incluya a jóvenes, cuya principal característica es la abstención de las relaciones interpersonales tradicionales o como ellos las llaman «arcaicas». Los jóvenes nunca fueron ni serán una mercancía para ser comprada y tratada a nuestra conveniencia y mucho menos hoy en día en que la tecnología les acerca información suficiente para que crean que son irreemplazables, intransferibles e inmutables. Si usted quiere contar con la nueva generación en sus filas deberá primero recordar que cuando usted era joven creía tener las respuestas de todo y la fuerza suficiente para cambiar al mundo, y segundo deberá brindar padrinazgos de mentores experimentados con mucha, mucha paciencia para que al final de un corto tiempo sus nuevos colaboradores descubran que el mundo es mucho más inmenso del que ellos creen y transformen su visión de la vida en compromiso laboral. Imagen cortesía de iStock
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