Sabemos que formará parte de los libros de historia que leerán las futuras generaciones (lo que sea que éstas vayan a entender por “libros”) y en los cuales seguro aparecerá como el padre de la red social que revolucionó al mundo… Nos referimos a él como “el creador de Facebook” y desde nuestras trincheras juzgamos el “qué” y el “cómo”, y cuándo nos revolcamos de envidia (obvio de la buena) por sus millones, nos llega la noticia de que nuevamente va a cambiar nuestro status quo. Vivimos un momento en el que la ONU ha declarado el acceso a internet como un derecho humano y busca las garantías para ejercer este derecho. En tiempos en los que países como México tienen a más de la mitad de su población con acceso mínimo o nulo a internet, Mark tuvo otra idea, de esas que rezan que “el que pega primero pega dos veces” pero… ¿En serio Mark, de esa magnitud será golpe? Para que vean que no estoy exagerando (o tal vez sí pero es que si le pega…. ¡La que se viene!). Les cuento: se trata de OpenCellular, la plataforma de acceso inalámbrico de código abierto de Facebook diseñada para proporcionar Internet a zonas remotas en todo el mundo. OpenCellular es un dispositivo, del tamaño de una caja de zapatos y puede soportar un máximo de 1.500 personas hasta a 10 kilómetros de distancia, y no sólo eso, sino con un sinfín de opciones de conectividad. O sea, es un aparatito de medida razonable capaz de distribuir internet a mucha gente en una extensión territorial muy grande, lo que significaría, que el costo por cada servicio brindado sería bastante asequible. Es una oportunidad de negocio bárbara, ya me imaginé campañas políticas en las que se prometerá la instalación de OpenCellular (la tropicalización del término la dejo a su creatividad) en la Sierra Madre. Y es que sí, hay necesidades básicas en este mundo que me queda muy claro están antes en la fila de derechos humanos pero afortunada o lamentablemente, el internet se ha convertido en el medio de comunicación, de información y de resolución de problemáticas de cualquier tipo, por excelencia. Respecto a si exagero o no, con el tiempo lo sabremos; no perdamos de vista que ésta no es la primera iniciativa de Facebook en pro de la conectividad y el abastecimiento de internet a gran escala y en los sitios más recónditos; previamente ya han creado lásers y drones para este fin. No sé ustedes, pero en lo personal, sí quiero que Mark Zuckerberg cambie el mundo de nuevo y más si se trata de algo que puede beneficiar a cientos de miles de personas al acercar la información de una manera muy sencilla. Tiene a su favor que ya lo hizo una vez con Facebook por lo que seguro esta vez no habrá dudas respecto a su genialidad, sin pleitos ni juzgamientos. Esto nos deja la moraleja de que a veces la genialidad es eso que sucede cuándo no nos damos cuenta y que, cuándo nos esforzamos tanto por crear algo a sabiendas de que cambiará el mundo, hay una chispa, esa dosis exacta de magia o de suerte que decide salir corriendo para efectivamente constatar que teníamos razón. Y parece que una vez más, él puede estar a punto de cambiar el mundo cómo lo conocemos. @FerFamania
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