Ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo, pero estoy a unas cuantas semanas de cumplir mi primer aniversario de casado. Aunque claro, como la mayoría de las parejas, mi actual esposa y yo pasamos un proceso de 4 años viviendo juntos “en pecado”, durante los cuales, descubrí que aparte de ser la mujer que siempre desee, también es la mejor compañera de vida que pude haber tenido, pues ha pasado una serie de cosas que solo entenderán los que son publicistas, o los que son compañer@s de uno. Por este motivo, decidí agradecerle por estas 3 cosas que al principio tuvo que aguantar, pero que terminó por aceptar.
- Los viajes astrales… o babales.
Dicen que un viaje astral es cuando entras en un tipo de trance y puedes desdoblar tu ser hacia otras dimensiones. Pues eso le pasa a muchos publicistas, aunque no precisamente de la forma en la que lo describí, pues estos extraños viajes, que prefiero llamar “viajes babales”, suelen ocurrir cuando estás en casa, o disfrutando del fin de semana, y de pronto te llega “la idea” que estabas esperando, entonces, sin importar si estás a media cena o en la sala de un cine, comienzas a viajar en un sinfín de historias y situaciones, incluso te imaginas presentando la idea al VP Creativo, te ves recibiendo un león en Cannes, para terminar tu “viaje babal” con el clásico “No me estabas escuchando, ¿verdad?” Y aunque la situación es incómoda para tu pareja, ella, o él, termina por entenderte, pues sabe que parte de tu carrera implica eso, lidiar con un adulto que muchas veces termina siendo un niño, que no deja de soñar en ningún momento.
- Los juguetes, videojuegos, playeras o “monitos” para niños.
Personalmente, creo que TODOS los adultos somos niños intentando aparentar ser grandes e importantes, lamentablemente, la sociedad te exige que dejes las cosas que te gustan para adoptar las cosas que, a nadie le gustan, pero que creen que todos deben aceptar. En este aspecto, la publicidad es una de esas profesiones donde puedes seguir siendo niño sin temor a que te critiquen, por lo que te puedes dar vuelo comprando playeras de superhéroes, videojuegos, monitos de colección, o demás ñoñadas que, según tú, te definen más como una persona creativa. Esto lo saben a la perfección las parejas de los publicistas, pues pasaron de decirle “ya no eres un niñ@”, a ser cómplices de su infancia adulta, pues muchas veces las parejas, novi@s o espos@s, terminan comprándole ese monito que les falta, o el último videojuego del momento, convirtiéndose así en un par de niños enamorados que enfrentan juntos a los monstruos de la vida diaria.
- Los infernales peloteos.
Esto es algo que, posiblemente, nunca terminará de aceptar la esposa de un publicista, y en gran parte es entendible, pues los largos y pesados peloteos han destrozado los planes de una salida al cine, teatro, cena romántica e, incluso, un momento especial. Pero, aunque muchas veces duela, la pareja en curso sabe que esos “peloteos infernales” son parte del procesos publicitario, y entiende que muchas veces los viajes fantásticos que un publicista puede tener con su equipo creativo, podrá afectar las pequeñas salidas del día a día, pero jamás dañará el viaje de la vida, el más importante que decidieron emprender desde el momento en que se dijeron el primer “sí”. Para finalizar, aprovecho para agradecer públicamente a Naye, mi esposa, quien tarde o temprano leerá esto que, su amor y comprensión inspiró, y que seguramente servirá para que muchos colegas puedan decirle GRACIAS al gran amor de su vida. Imagen cortesía de iStock
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