Los que nos dedicamos o estudiamos publicidad, sentimos que esta es parte fundamental de nuestra vida. No solo consume nuestro tiempo, sino también absorbe nuestras ideas, ganas y motivación. Pues sí, escuchamos historias o chismes y nos imaginamos como se vería en un comercial. Leemos un tweet o un consejo de nuestra abuelita y le buscamos alguna marca que pueda aceptar ese posible copy. Estamos atentos a las cuñas mientras vamos en el carro o taxi y miramos por la ventana viendo las vallas para ver si encontramos algo interesante. Pues es así, la publicidad se ha vuelto, no solo parte, pero nuestra vida. Recientemente, tuve uno de esos momentos donde mi cerebro se despertó de la siesta y me pregunté: ¿Qué pasaría si mi vida fuera una agencia? Ahí estaría yo, la dueña y fundadora, sentada en una silla con mis pies sobre el escritorio. Son las cinco de la tarde y estoy con mi litro de helado que tengo en el mini refrigerador que está en mi oficina. Fijo es viernes, entonces significa que es un cheatday. Es una de las pocas oficinas que impecables, al igual que toda la agencia. No pueden faltar los cuadros de cómics de Capitán América (lo siento Team Ironman). Afuera, los escritorios estarían junto a sillas de dos diferentes colores, obviamente, que combinen. Una bella estación de café en la esquina para que nadie se quede dormido y cada uno, con su propia taza personalizada. Estos son los momentos que empiezo a considerar que tengo un trastorno obsesivo-compulsivo. Mi community manager sería mi mejor amiga, completamente obsesionada con los gatos y a las redes sociales. Ella no se despega de Snapchat, trata de pensar en la caption perfecta de Instagram y nunca se queda sin ninguna respuesta en Facebook. Si no está conectada en su celular, está en su iPad o en su computadora. Mi directora de arte sería otra de mis mejores amigas, ella es de las que se para en un camino para apreciar la arquitectura o tomarle fotos a todo lo peculiar que te puede brindar el mundo. Otro amigo que tiene el ego de aire, sería mi redactor. No solo tiene un talento único para contar historias, sino que escucha como nadie y sabe exactamente qué tiene que decir. Personas como él muy pocas, en especial que también amen lo que hacen, un ingrediente que jamás puede faltar. Mis hermanas mellizas también estuvieran dentro de la agencia. La primera, con su habilidad para decorar y enamorarte con sus ideas, sería diseñadora gráfica. Cabe recalcar, se apreciarían muchos sus habilidades de pastelería, lo que significa que toda la oficina estuviera con libritas de más. Mi otra hermana sería una excelente ejecutiva de cuentas. Ella se cree super modelo: siempre arreglada, cabeza en alto y seguridad en cada paso que da. Ella trata de todo lo que la rodea sea impecable, en especial su trabajo y sus relaciones personales. Mi director de cuentas es ese eterno compañero que siempre está ahí cuando lo necesitas. Pulcro, guapo, bien vestido y que tiene ese don de agradarle a todos. Tengo otra amiga que sabe todo de su alrededor, aunque su cara puede ser engañosa porque parece que no dijera nada. Es curiosa por naturaleza y con alma de niño, ya que nunca deja de preguntar, por lo que su palabra favorita es: ¿por qué? Definitivamente, ella fuera mi Planner. No puedo dejar a un lado a mi mamá, ella estuviera en la cabeza del departamento de finanzas. Tendrá la tarea oficial de acabarnos con la diversión y dirigirnos a la realidad. Dirá cuando nuestros clientes nos están pagando y cuanto, cuando nos toca recibir el pago, y la que tendrá en su poder todo lo relacionado a ingresos y gastos. Por último, el puesto de CEO de la agencia, lo ocuparía mi papá: fuerte, entregado y listo para tomar decisiones. El que te da las peores o mejores noticias de la manera adecuada. Cuando estés trabajando duro y por dentro sientas las ganas de renunciar o salir corriendo, él estará ahí. Él también tendrá miedo, pero lo esconderá para que tú no lo tengas. Él será esa persona que te enseñará a amar lo que haces y sobre todo, que te dirá constantemente: “Vive y haz las cosas para ti y por ti, y no para la gente”. Algo que todos los días, es bueno recordarlo. El será la cabeza de la familia de esa agencia que aún no tiene nombre. Yo estaría todos los días observándolo para que cuando crezca, sea como él, como lo he hecho desde que tengo memoria. Además de líder, es un modelo a seguir. Creo que lo he dicho todo, ahora te toca a ti. Si tu vida fuera una agencia, ¿cómo sería? AUTOR Maria Silvia Aguirre Mi nombre es María Silvia y soy comunicóloga porque siempre tengo algo que contar. Pudiera pasar todo el día con Snapchat, pero después Netflix se pone celoso. El amor de mi vida es un buen libro, que venga con un buen café y un dulce cuando sea necesario. Cuando sea grande, quiero que mis nietos repitan mis historias y le cuenten a sus amigos cómo su abuela revolucionó el mercado del contenido en Ecuador. Esto es lo que hago:https://www.behance.net/masilaguirre . http://ec.linkedin.com/in/mariasilviaaguirretorres
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