“…Indignada contra esa literatura inmunda, cuya pretensión era pintar la naturaleza. ¡Cómo si se pudiese mostrar todo! ¡Cómo si una novela no hubiese de estar escrita para pasar una velada agradable!” Nana, Émile Zola. Si los libros hablaran, probablemente dirían en muchas ocasiones lo que los artistas Günther Maliand y Frida Innenhof creen que piensa la biblioteca de Stuttgart (Alemania) de su vecino el Milaneo. Éste, es un complejo comercial dividido en tres edificios, y que cuenta con más de doscientas tiendas y restaurantes, casi 420 apartamentos y el hotel Aloft Stuttgart. Los artistas colgaron de la fachada de la biblioteca durante las horas de apertura del pasado 25 de mayo un banner blanco de 400 m2, con la inscripción “I’m with a stupid” (Estoy con un estúpido), y un una flecha que señalaba el centro comercial. De esta manera, un medio de comunicación publicitaria se convierte ya no solo en una denuncia social, sino también en una forma de vender la lectura (el proyecto artístico recuerda vagamente al eslogan de Media Markt Yo no soy tonto). Innenhof y Maliand no se estrenan como críticos de la sociedad: el año pasado llevaron a cabo una iniciativa que denunciaba el gasto inútil de recipientes de plástico. Fabricaron una bola gigantesca con más de cien kilos de plástico y de dos metros de diámetro, y la fueron rodando por la ciudad, entrando con ella en edificios institucionales e incluso en un McDonald’s. Por otra parte, proyectos para fomentar la lectura en vez otro tipo de consumo hay muchos, y no solo participan en ellos bibliotecas: En México, diecinueve editoriales colaboran desde junio hasta diciembre con la Secretaría de Cultura y Caniem (la Cámara Nacional de Industria Editorial Mexicana) para promover y facilitar el acceso a la lectura tanto a niños como jóvenes. A través de Educal, se ha lanzado el proyecto ÉntreLee, que ofrecerá en dieciséis librerías un 25% de descuento en todos los libros a excepción de las novedades. La idea de este proyecto surge debido a las alarmantes cifras que arroja Caniem: de todas las librerías existentes, solo algo más del 2% se especializan en literatura infantil. Algunas de las editoriales que participan en el proyecto son Penguin Random-House, Nostra Ediciones, CIDCLI, Tecolote o El Naranjo. Además, la propuesta va acompañada de talleres, cuentacuentos y firmas de libros. Una vez más, la publicidad y el marketing se posicionan a favor de la lectura en cualquiera de sus variantes. Elia Prieto.
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