A veces viene sobre mí la reflexión de por qué los creativos tenemos que ser tan diferentes a otros profesionales y no es un cliché. Hasta puede parecer un problema y de serlo no podemos escapar de este. Hace unos días en una dinámica grupal de la que fui parte, pidieron a los grupos escribir unas cosas sobre un globo (tal cual). Lo curioso es que casi todos los grupos escribieron en orden, en forma de línea, pero en el nuestro todo estaba disperso. Fue como si las palabras flotaran alrededor del globo. Esto le llamó la atención a mi ojo clínico (sí, estudié psicología), por lo que proferí: “eso es un indicador de creatividad”. Cosas como estas me llevan al “¡¿por qué?!”, regresando a mi lugar de introspección de tiempo en tiempo, autoanalizándome y mirando desde afuera a este grupo de personas que somos quienes formamos parte del mundo del arte, la publicidad y demás carreras creativas. Pensando y pensando me doy cuenta que no podemos evitarlo. Nos nace hacer y decir cosas que la mayoría de gente no podría, tal vez por vergüenza, decencia, miedo o algún filtro en sus mentes. Les cuento, rompí con mi novia, porque íbamos a diferentes revoluciones por segundo, pero no soy el único, cuando los creativos de la agencia nos juntamos parecemos un grupo de punk, tú te das cuenta en un solo golpe de vista que no somos normales, somos los bichos raros que mantienen este equilibrio entre el poder de las marcas y las personas de a pie, buscando llevarles ese calor de experiencias que hacen renacer la esperanza por las empresas. Nacimos al revés y vivimos al revés, seguro que no fue por un golpe, pero estoy casi seguro que orgánicamente sucede algo con nosotros, llamémosle diferente cableado neuronal, metabolismo u otra cosa, pero de que sucede algo, sucede. Qué bueno que hay espacios profesionales para nosotros, sino sólo seríamos malas etiquetas de la psiquiatría. Cuando salgo de este lugar de reflexión, lo hago levantando la cabeza. Sí, somos excéntricos, pero es nuestra forma de expresar la felicidad de crear, vivimos el sueño de todo niño y nos pagan por ello, es más, las marcas más poderosas nos estiman por lo que somos y aplauden nuestras ideas. Ser creativo es ser diferente, lo cual tiene sus costos en una sociedad “normal”, pero nos consuela el hecho de poder hacer de nuestro estilo de vida, nuestro mayor activo y forma de prosperar. En vez de lamentar nuestra rareza, debemos ser más locos cada día y hacer sentir nuestra particular presencia a donde vayamos, no somos un error, en realidad, somos los rockstars de las profesiones. AUTOR Andrés Gonzales Palacios Medio Psicólogo y tres cuartos de Publicista. Como creativo he entendido que las mejores ideas están en el corazón del consumidor. Realmente, comprender lo que sucede dentro de él y lo que no se atreve a decir, nos lleva a la mejor parte del proceso: tener vivencias empáticas. De esto salen mis palabras, por ello, soy copywriter. Mis colores son las palabras y mis pinceles los lápices. Encuéntrame aquí: http://ow.ly/Xzcok
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