Es bastante claro que el actual sistema empresarial, está acorralado (en el buen sentido) por la innovación, siendo ésta un factor clave para la competitividad de las organizaciones, sobre todo en lo que respecta a ganar más terrero en los mercados nacionales e internacionales. De los múltiples conceptos de innovación que abarrotan la mente social en la actualidad, quisiera destacar dos aspectos que considero esenciales en el mencionado contexto. El primer aspecto es básico y supera la visión obvia de la realidad: la sociedad se globalizó, el mercado propone diariamente cambios en las personas y los estados, lo que ha posicionado la inmediatez y la conectividad como una solución a muchas necesidades; esta consideración resalta la tecnología como un elemento de valor, aunque no el único en la materia. ¿En qué se traduce este primer aspecto? El mercadeo ha sido una de las primeras áreas con necesidad de innovar, de tal forma que algunas evidencias de este primer punto pueden ser: diseño de un sitio web, implementación de software para mejorar la atención del cliente, las redes sociales utilizando celulares o computadoras como medio de integración, tiendas online y asesoría personalizada en línea. Para que lo anterior sea exitoso, las empresas deben enseñar a sus clientes a utilizar los recursos y a la vez, debe haber un grupo de asesores externos. De esta forma, la compañía podrá enfocarse internamente en la parte tecnológica para fortalecer sus ejercicios de mercadeo. En segundo lugar, la innovación debe ser utilizada por las organizaciones para detectar los nuevos productos, procesos y servicios de mayor calidad, que los clientes están planteando como necesidades al mercado. Para lograr este cometido, la empresa debe buscar el desarrollo de iniciativas innovadores con el menor costo posible. ¿Cómo se puede maximizar este segundo aspecto? El modelo de gestión de la organización debe cambiar por uno que este enfocado en el capital intelectual, la formación y el valor sustancial de conocimiento. Por tanto, es clave entender que el conocimiento será aprovechado para crear bienestar. A tales fines, debemos apartar el miedo a la investigación, así como valorar la tecnología intangible. Desde mi punto de vista y es algo que comparto, el cerrado amparo científico de la innovación se ha flexibilizado, por ello hoy debemos considerar que la creatividad bajo un proceso sistemático que genere un bien o servicio, a partir de la integración de la investigación y el desarrollo; puede considerarse como un proceso de innovación válido. En la práctica, puede resultar que la innovación y el mercadeo en una empresa no reciban la misma atención, pues existe un grado de confianza derivado de los resultados en el tiempo. Sin embargo, este comportamiento debe ser superado, pues una buena idea puede no lograr una posición ventajosa en el mercado, sino se prepara mediante un plan de integral de marketing a la sociedad; así, en un corto tiempo podría generarse resultados contrarios a las expectativas sobre el bien o servicio alcanzado en un proceso de innovación. Como personas y empresas, debemos tener la capacidad de absorber conocimiento para mejorar continuamente…porque una organización sin ideas, está condenada a vivir ensimismada. Fuente imagen: www.tkmhub.com/
Comentarios