Gracias a la influencia de mi padre, desde muy pequeña sabía que mi vida de adulta tenía que estar ligada a los medios de comunicación, sin importar el área; prensa, radio, tv o cualquiera que en ese momento estuviera surgiendo. Mi era prodigiosa de adolescencia fueron los 2000, rodeada de música, del desarrollo de la internet, de series de televisión que estaban absurdamente influenciadas de publicidad, comerciales llenos de colores, productos que salían a la venta y en tiempo récord eran vendidos. Llegué a los últimos años del bachillerato los cuales por fortuna disfrute de clases de comunicación, redacción de prensa, presentación de televisión, a los cuales hoy en día agradezco que no le tengo miedo a hablar ante un público, a escribir para cualquier medió y a fortalecer día a día mis conocimientos básicos para llegar a opinar y debatir de diferentes temas. Cuando se presentó el momento de enfrentarme a la universidad tenía la gran idea de estudiar comunicación social, me sentía realmente apasionada, y con el ánimo al 100% por comenzar mi vida universitaria y seguramente en poco tiempo profesional, pero en el camino se me atravesó un folleto donde me daban a conocer carreras a fines a la que yo quería estudiar, y fue allí cuando “sin querer queriendo” y sin saber absolutamente nada de publicidad, creatividad y estrategias di un giro total a mi pensamiento, y entre en dilema, porque a pensar de que podía estudiar la carrera que siempre soñé, había conocido otra que me daba posibilidades de ser yo misma, de crear, pensar, y se conectaba perfectamente a mi personalidad inquieta, soñadora y feliz. Y me deje llevar por mi corazón, me arriesgue a comenzar el largo camino de la publicidad (no es fácil como muchos creen). Algunos de mis compañeros llegaban hasta segundo o tercer semestre y yo no entendía la razón, se me facilitaban muchas cosas, no le tenía miedo a aprender, conocer, crecer, preguntar e investigar. Día a día iba conociendo más significados que nunca pensé tener en mi vocablo. Luego llego el mercadeo, con sus innumerables cifras, gráficas y uno que otro profesor que me saco lagrimas, porque nunca fui buena en matemáticas o algo que se pareciera y tampoco era de mi agrado, por lo tanto fue un gran esfuerzo entender que las necesitaba para mi vida profesional, que si no comprendía una gráfica no podría saber a que cantidad de audiencia necesitaba llegar, que si no sabía cuál era la taza demografica no entendía mi producto a quien iba a estar dirigido, y que si no comprendía el ciclo de vida de producto, no sabría cuál es la estrategia que necesito para que el grupo objetivo siga adquiriendo la propuesta de valor y así tener un mayor crecimiento dentro del mercado. Mucha gente me ha llegado a decir que apoyo el consumismo, a lo cual respondo: “todos somos consumistas por necesidad. Usted necesita vestirse, comer, divertirse y además necesita que el producto sea aprobado y recomendado por alguien cercano, nosotros simplemente le comunicamos lo ofrecemos y es usted quien decide si lo adquiere o no”. No muchos me dan la Razón pero esto es lo que he aprendido durante mis pocos años como profesional. Queda igual mucho camino para recorrer en esta industria, pero me siento plenamente orgullosa de decir que soy publicista, que a pesar de haber hecho también una carrera en fotografía siempre decidire por la publicidad, porque me permite explorar otros campos y adaptarlos a ella, y aún así no deja de ser divertida. Este es un mensaje para esas personas que critican la publicidad, que dicen que somos unos facilistas, que se han atrevido a decir que no sabemos nada más que imaginar, hacer dibujitos y publicarlos, pero si usted es uno de estos personajes quiero que se entere que detrás de cada campaña hay una investigación, un proceso creativo y una estrategia que si llego a usted y la crítica es porque quien quiso comunicar logro su objetivo, que hablen de la campaña. Gracias a ese folleto aprendí que la publicidad lo tiene todo, no me alejo del valioso mundo de la comunicación pero si me enseño de matemática, estadistica, politica, economía, música, moda, fotografía, y miles de cosas más que podría quedarme aquí diciendo, pero sobre todo me enseño que esta es una carrera de agallas, actitud y corazón. Para todas esas personas que nos apasiona comunicar: Tenemos en nuestras manos un gran poder, lo que necesitamos es saber usarlo para que el mundo sea mucho mejor. AUTOR Paula Lorena Rodriguez Guerrero Emprendedora en proceso, publicista y fotógrafa. Mente creativa desupervoces.com. Melómana y cantante frustrada. Apasionada por las letras y los buenos contenidos. Sígueme en Instagram y Twitter: @paurodri92.
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