Hay dos preguntas que siempre me hacen como publicista. ¿Qué hace un publicista? Ésta es fácil, siguiente pregunta… ¿Qué haces para tener una idea? Para hacer la primera pregunta se necesita valentía; generalmente a las personas les da cierta pena hacerla. Supongo que les avergüenza la ignorancia. Pero para hacer la segunda pregunta hay que tener descaro. Y cuando las personas la lanzan con esa empalagosa mezcla de admiración y curiosidad, siento que me preguntarán realmente ¿cómo funciona tu cerebro? Sinceramente, no sé qué respuesta esperan. Tal vez quieren que les dé una fórmula secreta que no tengo. ¡Ni los científicos la tienen! Lo que sí sé es que definitivamente una idea no se consigue con una revelación, ni con una musa, un golpe de suerte, ni mucho menos, con alucinógenos. Se consigue con trabajo constante. Todos tenemos la capacidad de generar ideas, y quienes lo hacen de alguna forma más hábil o rápida, no se debe a un talento particular, se debe a un ejercicio diario, a un hábito adquirido. No reconozco ningún método para generar ideas, aunque hay varios, pero sí sé de ciertas condiciones para que una idea vea la luz:
- Información. Siempre lo he dicho: la información es inspiración. Es el combustible para que la mente comience a trabajar. Por eso es tan importante tener un buen brief a la hora de empezar una campaña o estrategia.
Entender cuál es el problema es el primer paso, para dar una solución.
- Cerebro a full. Dicen que una idea comienza con una hoja en blanco. No hay mentira más grande. Necesita un cerebro lleno de contenido: experiencias, sensaciones, emociones, películas, libros, datos, música, videos, en fin.
Las ideas generalmente aparecen cuando unes o asocias cosas que conoces, has vivido o visto. Previamente demoran un buen tiempo incubándose en la mente hasta que aparecen en un estado entre la ansiedad y la relajación, un estado al que algunos científicos llaman flow (lo siento, me puse técnica). Por ejemplo durante la noche, mientras dormimos, el cerebro relaciona las cosas que se nos pasaron por alto, y por esta razón a algunas personas se les ocurren muchas ideas mientras sueñan. A mí, lastimosamente no.
- De lo anterior concluyo, que las ideas también necesitan tiempo de descanso. Sobre todo, cuando se ha concentrado todo el esfuerzo a un tema y no sale nada.
Lo mejor es distanciarse, ir a dar una vuelta, airear la mente para retomar después.
- Rodearse de gente inspiradora y diferente impulsa a hacer cosas extraordinarias.
Sus actos, su filosofía de vida, su pasión y sus gustos son un detonante de buenas ideas.
- El sitio de trabajo también influye. No es lo mismo pensar en un lugar ruidoso a uno calmo, en medio de la naturaleza.
Que el lugar esté limpio y ordenado es buen comienzo. Que tenga juegos, colores vivos, imágenes visuales atractivas es ideal, por lo menos para mí.
- Hacer ejercicio mental. Mantener la mente en forma. Vivir nuevas experiencias, aprender todo lo que se pueda, hacer las cosas de una forma diferente, desde peinarse hasta ir al trabajo.
Y por último, pensar… y compartir lo que se piensa (aunque sea una bobada aparentemente). Esa es la mejor condición para que una idea tímida se asome. Imagen cortesía de iStock
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