La vida en línea nos debería restringir a compartir muchas cosas de nuestra vida diaria, ya que éstas dejan de ser nuestras. Abrimos una cuenta de Facebook y todo lo que ahí publicamos deja de ser nuestro: pensamientos, ideas, imágenes y videos. Nada de lo que hayamos generado nos pertenece más. Lo ideal cuando se trata de textos ricos en contenidos y letras en esencia es el uso de la plataforma WordPress, donde podemos respaldar nuestros pensamientos basados inspiradores y luego compartirlos vía Facebook. Cuando se trata de imágenes lo ideal es Instagram, aplicación que tiene la magia de transformar la más simple de las tomas en una obra de arte visual gracias a su espontaneidad. Si usted quiere decirle al mundo que ha producido un video, resguarde éste en YouTube, comparta su canal con el mundo. Permita que sus ideas puedan ser apreciadas. Ahora, que si lo suyo es el audio, SoundCloud es lo ideal para compartir con el mundo los sonidos que usted ha creado de manera creativa. Cuando usted comparte en redes sociales, ese contenido deja de ser suyo. Después de que lo haya puesto en línea lo único real que puede ser suyo, siempre y cuando lo refrende año con año, es su dominio, ya sea .com, .com.mx o simplemente .mx. Esa propiedad es la única que le pertenece a usted realmente. Cuando decida adquirirla procure cuidarla. Queda bien tener una marca y mejor tener un punto COM Imagen cortesía de iStock
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