Esta es una de las frases que más he escuchado a lo largo de mi carrera, la cual a veces se acompaña de “las de cuentas son las meseras de la publicidad” o “solo sirven para pintarse las uñas”. En resumen, estas expresiones son la clara muestra de que el machismo publicitario todavía es una realidad en nuestro país; aunque, por otro lado, debo admitir que lamentablemente también me ha tocado conocer hombres y mujeres que ostentan este cargo y que, al parecer, se han creído estas aseveraciones. Y esto no se trata de verdades o mentiras, pues la publicidad, al igual que otras industrias, está llena de mitos y etiquetas que no solo afectan a “los de cuentas”, pues también tenemos clásicos como “el Creativo solo viene a ver videos”, “yo puedo hacer lo que hace el Copy, ellos solo escriben”, o el infaltable “las de RH solo saben hacer cartulinas”. Pero pese a que nadie en las agencias nos salvamos de estas acusaciones, lo cierto es que los chicos, en su mayoría chicas, de cuentas, suelen ser los más afectados, pero, ¿por qué? En este punto debo ser sincero, ya que cuando pisé por primera vez una agencia de publicidad, mi primera pregunta fue “¿Qué hacen los de cuentas?”. Cabe mencionar que mi pregunta no era por desconocimiento o inocencia, pues bastaron unas horas para percatarme de la función de cada una de las áreas, pero siempre me llamaron la atención esas chicas que llegaban siempre guapas, oliendo bien y vestidas como para ir a un brunch en un hotel de Reforma, ya que aparte de eso, en mis primeros meses jamás vi que realmente se dedicaran a una tarea en específico, solo paseaban por la agencia, mandaban mails y se retocaban las uñas. Los mails que “redactaban”, se resumían a algo parecido a “Hola, chicos. Cliente me pide tres artes para la nueva campaña de XXXX, quiere un nuevo concepto y cabezas que sean catchi y fun, me preguntó que cuándo lo tenían listo y le dije que hoy por la tarde. Gracias por su ayuda, cualquier duda búsquenme pls, besos” Nunca faltaba que terminaran el mail con “besos”, como pensando que al hacerlo de esa manera no le reclamarías por los horarios de entrega, poca información y pésima ortografía, pero lo que más me extrañaba no era eso, sino el hecho de que “nadie” le dijera nada a ella o a su jefe directo, pues pareciera ser que de alguna u otra manera, todos entendíamos que “así son las de cuentas”. Con el paso de los años mi perspectiva cambió drásticamente, pues conocí varias chicas que eran participativas, empáticas, organizadas, respetuosas y productivas. Incluso me dejaron claro que el, o la encargada de cuentas, es la responsable de mantener una armonía de trabajo entre agencia y cliente, además de ayudarnos a clarificar las estrategias, creatividad y modos de trabajo que llevamos en el día a día, pues ellas tienen la capacidad de ver “con otros ojos” todo lo que está sucediendo en cada uno de los proyectos. Esto aparte de todas las actividades tediosas, pero de amplia importancia, que deben realizar al controlar los números de las marcas. Pero, si esta es la importancia del área de cuentas, ¿por qué siguen existiendo esas chicas que creen que realmente solo sirven para mandar mails? Que son las “jefas” de las demás áreas o que su función es la de solo verse bien. Es triste, pero si llevas algunos años trabajando en la industria sabes que esto es verdad, y si tú eres parte del área de cuentas, te pido disculpas si mis palabras te ofendieron, pero también te pido que demuestres todo lo que tu profesión puede dar, te pido que exijas respeto, que dejes atrás esa falsa idea que liga el atractivo físico con la eficiencia, porque sé que ustedes son más que una cara bonita, pues de ustedes depende la sonrisa del creativo, el respiro de los chicos de métricas, la compañía en los desvelos del diseñador y la salud financiera de la empresa. Imagen cortesía de iStock
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