En el momento de diseñar los sentidos se fusionan casi de manera inconsciente. En esas horas, en esos minutos, podemos decir que estamos verdaderamente enfocados, lo que pasa alrededor queda en segundo plano. La inspiración fluye dentro de nosotros. Se transforma en energía creativa y se acciona. Veamos, aquí les dejo algo de lo que hacemos en ese instante que estamos creando: En el momento de diseñar, estamos tomando desiciones. Desiciones que tendrán que ver directamente con las necesidades del proyecto. Es decir, se contrastan objetivos, ideas, conceptos, formas, materiales, la relación con la audiencia meta, entre muchos otros factores. El punto es ir interactuando e ir resolviendo los vacíos (que genera el problema) para responder con las mejores alternativas. En el momento de diseñar, estamos configurando. Estamos dando forma a un objeto, a un mensaje, a un espacio. Ya dependiendo del proyecto, estamos dando función y sentido a la pieza de diseño. Aquí la creatividad y la inspiración, que se mencionaron arriba, se proyectan y se comienzan a materializar. Nuestro imaginario se conduce hacia lo tangible. En el momento de diseñar, estamos confiando en nuestro instinto. La experiencia nos va dirigiendo con más certeza en nuestros proyectos, pero también tenemos que hacer caso a lo que sentimos. Cada proyecto tiene su propia característica, al experimentar, sabemos que obtendremos un resultado (puede ser lo que esperamos o no) el punto es confiar en nuestro instinto, en nuestra propuesta. Al final, lo que nos puede diferenciar de los demás, es que creemos en ese riesgo que implica innovar, y eso es lo que nos motiva a romper cualquier tipo de esquema. En el momento de diseñar, estamos utilizando nuestra percepción tal como si fuéramos el usuario, o el público meta. Somos analíticos, y casi en automático (e inconscientemente) nos generamos una perspectiva o un primer enfoque de audiencia. Queremos poner a prueba nuestra pieza para empatar o corregir lo que haya que corregir, pero claro siempre partiendo de ese ángulo y ese conocimiento que tenemos. En el momento de diseñar, estamos cubriendo deseos y/o necesidades, que quizá no existan y tengamos que generar. Y ese es el reto más importante dentro de este campo creativo. Tenemos, entonces, que convencer al público con argumentos sólidos, señalando que nuestros objetos de diseño son herramientas útiles que puede integrar en su día a día para hacer más fácil su vida. Al final el objetivo del diseño es integrar al individuo a su propio entorno, e identificarlo. Me despido, ¿ustedes qué opinan? Soy Erika. Hasta la próxima.
Comentarios