El proceso para la creación de un concepto pareciera fácil para quienes lo ignoran, sin embargo la habilidad para desarrollarlo va más allá de compartir ideas, no tiene nada que ver con que los llamado creativos tengan un espacio con incienso y dispensadores de oxigeno con menta para inspirarse. En publicidad, si no que hay procesos creativos que vayan de la mano con entender las leyes básicas del marketing y del contexto en el que vivimos, las ideas no sirven de nada. Hay muchos que se dedican a mover el abanico publicitario pero que no han ido a lo básico, a lecturas obligadas como las 22 leyes inmutables del marketing, y haré referencia a la Ley de los recursos: “Las ideas sólo despegan del suelo con los recursos adecuados: sólo con el dinero apropiado se conseguirá hacerlas andar”. De nada sirve la creatividad si no se sujeta a un plan estratégico que incluya la rentabilidad. Otra de las leyes que no debemos olvidar es la Ley de la categoría. “Si no consigues ser el primero de tu categoría crea una nueva”. Hoy vemos pasar esto a diario con las llamadas starups, pequeñas empresas con gran potencial que han decidido crear su propia categoría en industrias donde la competencia es grande. Actualmente, para las marcas no basta con el anquilosamiento mediático publicitario, hay que trabajar estratégicamente en los productos, en la cultura, en el contexto incluso en la realidad económica, si no me creen, vean lo que hizo la empresa de la manzanita al lanzar un producto de menor costo. Unámonos a estos cambios, hagamos lo que gusta al corazón y al alma, demos valor a la creación, pero siendo congruentes, aunque de marketing se trate. Y recuerden otra ley, el que es primero es mejor. Imagen cortesía de iStock
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