Ego: (m. Psicol) Conciencia del individuo / (m. coloq.) Exceso de autoestima. Sin importar la profesión o el cargo, todos tenemos ego, aunque el medio se lo haya estereotipado a los creativos. Ego: “(m. agens) mal que confiere a todo creativo ínfulas de estrella o rockstar”. Pero el ego no es exclusivo, los ejecutivos también alardean con el cliente, los planners creen saberlo todo, los productores nos critican las ideas, etc. Pero ésta es una discusión inútil que no quiero iniciar aquí. Escribo sobre el ego porque a pesar de que nadie sabe realmente en qué parte del cuerpo se encuentra, si te pegan en él, duele mucho. El que me asestó el golpe fue un ejecutivo. Me contó que no le habían gustado las ideas al cliente y enfatizó: “es la primera vez que me ha ido tan mal” ? Creí que se trataba de la mala voluntad que me tenía el ejecutivo, que no había sabido vender la campaña, que el brief no mencionaba los requerimientos reales del cliente, que… Decidí no decirme más mentiras, sencillamente esta vez las cosas no funcionaron. Generalmente no armo drama de esto. Todos sabemos que en publicidad algunas ideas ven la luz y la mayoría de ideas no. Pero es normal sentirse mal. Usualmente, los creativos somos competitivos, buscamos la fama, siempre estamos midiendo nuestro talento, porque en publicidad o tienes buenas ideas o no sirves (ya de por sí esta idea es bastante mala ¿no creen?). Ego: “(m. Moni) inseguridad que nos lleva a pensar cosas equivocadas de nosotros y del mundo”. Ya sea que te haga sentir superior a los demás o te achique cuando recibas un mal comentario, el ego inhibe la creatividad y la productividad. Así que tuve que buscar cómo vencer esa mala influencia que es el propio ego. No encontré mucho, tal vez más dentro de mí, pero lo resumo así:
- No tomarlo personal. El cliente no tiene idea de quienes somos, sus decisiones (buenas o malas) responden a las expectativas de la marca, no a sabotearnos (aunque lo parezca).
- No hacer suposiciones (ya sueno a “Los 4 acuerdos”). Ponemos a volar nuestra imaginación y armamos problemas que no son. En mi caso, nunca estuve en la reunión, solo tenía la versión de un ejecutivo dramático.
- No se trata de ganarle al otro. No es una pelea creativo-ejecutivo, cliente-ejecutivo, creativo-director, etc. Se trata de buscar soluciones efectivas a un reto de la marca, a un objetivo común.
- Enfocarse a los resultados nos hace tener los pies en la tierra y la mente clara.
- Dejar de pensar en uno mismo. Nosotros solo somos una pieza en la maquinaria. Trabajar en equipo es la clave. De igual a igual.
- Recordar que siempre van a haber mejores ideas y mejores creativos. Aprender, trabajar duro y concentrarse en el propio camino, es lo que nos convierte en uno de ellos.
- Tener confianza. Cuando nos dicen no a nuestra idea, solo es una oportunidad de hacer algo mejor. Así que hay más para agradecer que para renegar.
Ego, bueno o malo es mejor ni despertarlo, ni sentirlo, ni alimentarlo. Imagen cortesía de iStock
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