Pensar: “¿qué será de nuestras vidas en un par de años?” aterra. La conducta del ser humano contemporáneo ha ido cambiando a través de los años. Ya no se piensa en los errores cometidos ni mucho menos en lo que hubiéramos podido hacer para remediarlos. Ahora el pensamiento coetáneo es velar porque las condiciones del mercado permanezcan estáticas por un determinado tiempo para no realizar diferentes modificaciones al producto o servicio en pro de la adaptación al mercado.Las marcas saben que los consumidores conocen el hilo publicitario. Ellas fueron las que han puesto en marcha las diferentes técnicas de persuasión para poder transmitir el mensaje deseado. Nosotros como consumidores estamos tan habituados a la publicidad convencional que en 3 segundos deducimos el final de cada spot. Para eso, se hace necesario aprender a reinventar la comunicación y alejarse de los métodos de persuasión convencionales. Aquellas técnicas de 5 o incluso 2 años atrás ya son obsoletas. Aquellas piezas de comunicación que en algún momento causaron furor (como el Ice bucket challenge o el Harlem shake) fueron virales e incluso ocasionaron un enorme impacto a nivel mundial. Pero, ¿Y HOY QUÉ? El individuo se fracciona según los momentos de su vida y sabe otorgar perfectamente el valor emocional que la creatividad publicitaria brinda. El consumidor es educado: aplaude porque la elección de determinada acción publicitaria entendió lo que él quería y además supo vendérsela de la mejor manera que le gusta: hablándole solamente a él con un toque diferente y en un tono de seducción delirante. Ya no estamos en una cultura del consumo; ahora la cultura es el consumo. Las marcas entienden rápidamente las nuevas conversaciones entre las personas y logran adaptar un modelo de comunicación estándar para convertirlo en una magnifica pieza asombrosa. El sabio entendimiento de conductas y hábitos situacionales hacen que las acciones de intercambio generen impacto en el corto plazo, para que de esta manera se logre sorprender permanentemente al individuo que deseemos conquistar. Nuestra cultura cotidiana está centrada en el presente, en el esplendor inmediato y en los resultados rápidos. Sabemos que siempre ha sido así, pero aún no logramos adaptar que las acciones de hoy, van a generar resultados financieros positivos en el mañana. Lastimosamente las juntas directivas exigen resultados URGENTES, a sabiendas que tales frutos se consiguen en un tiempo poco mayor al proyectado. Se debe hacer un proceso de reingeniería a la actitud de las mesas directivas para que no “rueden cabezas” de líderes excelentes por que no cumplieron con el presupuesto de 3 meses. Es hora de aprender a ser objetivos con las tendencias que los gurús del mercadeo dicen. Llegó el momento para ser asertivos en nuestras decisiones y combinar acciones del pasado que evoquen momentos maravillosos en la mente de los consumidores para proyectarlos a productos nuevos. Resultados inmediatos queremos todos, pero que mejor que nuestra propia marca sea la iluminada entre el universo de opciones que hay. Las marcas se vuelven los nuevos profetas, y eso no cambiará. Imagen cortesía de iStock
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