En estos días en los que vivimos, la tecnología ha hecho posible el conectar personas sin importar a que distancia geográfica se encuentren unas de otras. Las redes sociales, ésas que tanto usamos, no son un invento nuevo que haya sido fruto de las nuevas tecnologías en exclusiva. Lleva muchos años en funcionamiento cumpliendo su labor. Son esos lugares a los que llamamos bares. Unas redes sociales físicas que no requieren de conexión a Internet, ni de registrarse en ellos, tan sólo entrar con buena disposición. La afirmación de que los bares son autenticas redes sociales nace de saber que esos locales no existen tan sólo para ir a beber algo, en esos lugares no hay límite alguno en cuanto a lo que puede hacerse en su interior. He presenciado, cuando no intervenido en múltiples acciones en esos establecimientos. Entrevistas de trabajo, programas de radio, reuniones de negocios en los que se firma el contrato definitivo, redacción de artículos y anuncios, planes de boda, conocer famosos, creación de empresas, por no hablar de conciertos, obras de teatro, rodajes de cortometrajes, videoclips y spots, jams de escritura y muchas otras cosas. Por eso, los bares son las primeras redes sociales, además de centros de creación, en las que conocer gente interesante para lo personal y lo profesional. Unas redes sociales físicas y tangibles en las que todos los que en el bar pululan son iguales, allí no hay personas de mayor o menor categoría, allí todas son relevantes. También es al a vez un centro informativo y divulgativo, en el que consultar noticias en la prensa escrita que allí reposa, cuando no a través del personal que allí trabaja, personas dotadas de psicología, que con total profesionalidad, y a veces gran paciencia, se mantienen en su puesto a pesar de modas y crisis, entre otros escollos de esta vida moderna. Labores sociales e informativas como Twitter y Facebook, profesionales como Linkedin y Bebee, y por supuesto también culturales y artísticas de las que los bares son los reyes nunca superados. Está claro que son lugares que están para mucho más que simplemente para ir a tomar algo. Son el núcleo de un tejido social que ha resistido durante cientos de años, evolucionando y adaptándose a los pasos de la sociedad, pero manteniendo su propia esencia. Los bares son un factor social de importancia, que posibilita que la relación entre personas siempre fluya y nunca se estanque ni desaparezca. En España no podríamos pasar sin ellos, en otros lugares, seguramente tampoco.
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