Como publicistas debemos ser críticos con nuestro entorno y nuestro trabajo, pero sobre todo debemos ser críticos con nosotros mismos y el siguiente artículo está elaborado para evaluar algunos aspectos importantes de la publicidad. Debemos abrir los ojos y entender que el medio en el que nos desarrollamos es realmente influyente sobre las personas y que nuestros mensajes deben ser lo más precisos posibles, evitando a toda costa la ambigüedad. Es por esto que cuando un redactor escribe un titular y un diseñador compone una pieza gráfica debe primar en estos el significado original del anuncio, aunque éste tenga doble sentido, para evitar que se tergiverse el mensaje. Muchas personas consideran la publicidad como un veneno mortal y otras como una poción mágica, pero como dijo el creativo Albert Einstein, todo es relativo. La función de esta herramienta del mercadeo que denominamos publicidad es solucionar problemas, mas o menos como un psicólogo, debemos oír al paciente, dar un diagnóstico e intervenir en el proceso de curación. Todo el mundo afirma que “La publicidad te pinta un mundo totalmente distinto al real, te miente”. Pues así es, pero si lo hacemos es por algo. Sabemos que es lo que quieren ver, oír y presenciar las personas. Todos tenemos la necesidad de conocer el final de la historia aunque probablemente ya lo sepamos. Necesitamos que nos digan, “Y vivieron felices por siempre”, para poder dormir tranquilos. Nos urge presenciar un final feliz en todo relato porque de otro modo sería un “pésimo final”, requerimos vivir siempre “finales felices” porque en la vida real no siempre es así. Y de esta manera Walt Disney elabora una frase que todos queremos en nuestras vidas. Pero a fin de cuentas todos sabemos que cuando vemos un comercial en el que sale una familia perfecta, bonita, feliz y con recursos económicos no es algo real, sino algo “ideal” para el común social. Al igual que las marcas de ropa al utilizar modelos delgadas y esbeltas para mostrar la estética de su ropa. Acá entra de nuevo el tema de la tergiversación de los mensajes publicitarios y cómo debe primar la idea original por encima de cualquier análisis subjetivo. Eslogan de la publicidad: Vivirás feliz por siempre Imagen cortesía de iStock
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